Denuncian la muerte de 73 niños por la represión tras golpe en Birmania
Al menos 73 niños han muerto en Birmania por la brutal represión de las fuerzas de seguridad contra cualquier atisbo de oposición tras el golpe de Estado militar del 1 de febrero
Las víctimas son 63 niños, 9 niñas y 1 de género no identificado, cuyas muertes se registraron entre el 15 de febrero y el 15 de mayo, detalló el autodenominado gobierno democrático, formado por activistas y políticos electos durante las comicios de noviembre, cuyo resultado no reconoce el Ejercito birmano. "Algunos murieron por disparos durante las manifestaciones y otros cuando los militares registraron sus casas y les dispararon de manera intencionada.
También hubo niños que perdieron la vida cuando jugaban en las calles", remarca el grupo opositor, catalogado de terrorista por la junta militar y que trabaja de manera clandestina. Entre estos muertos, todos menores de 18 años, no se hayan los al menos tres menores fallecidos desde mediados de mes durante los combates entre las Fuerzas Armadas y grupos rebeldes en el occidental estado Chin, y que sí están en la lista de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos que contabiliza al menos 827 fallecidos tras el sublevamiento militar.
Unicef denunció el pasado 28 de marzo que las fuerzas de seguridad birmanas habían matado a al menos 35 niños desde el golpe de Estado y exigió que los responsables de estos crímenes rindan cuentas. "Estoy indignada por los asesinatos indiscriminados, incluidos de niños, que están ocurriendo en Birmania y por el fracaso de las fuerzas de seguridad para ejercer contención y garantizar la seguridad de los niños", manifestó entonces la directora ejecutiva de la agencia de la ONU para la Infancia, Henrietta Fore.
Las protestas contra la junta continúan hoy un día más para expresar el rechazo popular al mando castrense, exigir la liberación de todos los detenidos, incluida la derrocada líder Aung San Suu Kyi, y el restablecimiento de la democracia.
Algunos de los manifestantes han decidido tomar las armas contra el Ejército cansados de los pocos avances de las manifestaciones pacíficas. El Ejército justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que cuentan con el aval de los observadores internacionales.