Científicos analizan las heces de los dinosaurios para comprender su estilo de vida
Los coprolitos contenían restos de peces, insectos, animales más grandes y plantas, algunos inusualmente bien conservados, incluidos pequeños escarabajos
Los dinosaurios evolucionaron a mediados del periodo Triásico, hace entre 247 y 237 millones de años, pero su dominio en los ecosistemas terrestres no se observó hasta unos 30 millones de años después, a principios del Jurásico.
Los coprolitos son heces fosilizadas que suponen una valiosa fuente de datos del pasado y han servido para intentar reconstruir el ascenso de los dinosaurios. Y de acuerdo con estudio publicado en la revista Nature, se recrea la estructura de los ecosistemas en la época en que los dinosaurios iniciaron su historia de éxito, basándose en el análisis de muestras fosilizadas de heces, en las que se han identificado alimentos no digeridos, plantas y restos de presas.
El equipo encabezado por la Universidad de Uppsala estudió con diversas técnicas 500 restos fosilizados de material digestivo como heces o vómitos, procedentes del sudeste de Polonia, que abarcan desde el Triásico tardío hasta el Jurásico temprano.
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Grzegorz Niedźwiedzki, de la Universidad de Uppsala, señala que la investigación es innovadora porque se ha optado por comprender la biología de los primeros dinosaurios basándose en sus preferencias alimentarias.
Los coprolitos contenían restos de peces, insectos, animales más grandes y plantas, algunos inusualmente bien conservados, incluidos pequeños escarabajos. Otros contenían huesos masticados por depredadores que, como las hienas actuales, trituraban los huesos para obtener sales y médula.
El contenido de los coprolitos de los primeros grandes dinosaurios herbívoros sorprendió a los investigadores, pues había grandes cantidades de helechos arborescentes, pero también otros tipos de plantas y carbón vegetal. La hipótesis de los paleontólogos es que el carbón vegetal se ingería para desintoxicar el contenido del estómago, ya que los helechos pueden ser tóxicos para los herbívoros.
Los datos apuntan que los tetrápodos no dinosaurios fueron desplazados por los antepasados omnívoros de los primeros dinosaurios, que evolucionaron hasta convertirse en los primeros dinosaurios carnívoros y herbívoros hacia finales del Triásico.
Posteriormente, los cambios ambientales relacionados con el aumento de la actividad volcánica pudieron haber dado lugar a una gama más diversa de plantas de las que alimentarse, seguida de la aparición de especies herbívoras más grandes y diversas, esto llevó a la evolución de dinosaurios carnívoros de mayor tamaño a principios del Jurásico y completó la transición hacia su dominio en el ecosistema.
Los resultados muestran que la diversidad dietética y la adaptabilidad fueron rasgos cruciales para la supervivencia durante los cambios ambientales del Triásico Superior.
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GG