Internacional

Brasil: Lula y la esperanza de una nueva izquierda

El ganador de las elecciones llega con un alto bono de popularidad

Con su triunfo en segunda vuelta, el ahora presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, parece encabezar la cruzada de la izquierda en América Latina, aunque la misma llega con muchos matices.

Lula, quien ya fue presidente entre 2003 y 2010, conquistó el domingo un inédito tercer mandato al imponerse al actual mandatario de ultraderecha, Jair Bolsonaro, por menos de dos puntos porcentuales (50.9% contra 49.1%).

Con este triunfo, una segunda ola de izquierda parece asentarse en la región, de México a Chile, recordando la de principios de los 2000. Sin embargo, analistas advierten que esta vez es muy diferente, con una tendencia más pragmática que ideológica.

“No es que los latinoamericanos se estén volviendo más izquierdistas”, explica a la AFP Michael Shifter, del ‘think tank’ Diálogo Interamericano. “Es más una tendencia de rechazo que otra cosa... gente buscando una alternativa”.

El salto a la izquierda fue impulsado por la crisis económica, que se agudizó con la pandemia de la COVID-19. América Latina fue una de las regiones más golpeadas: muchos se sintieron ignorados, incluso denigrados, por la clase política a medida que la pobreza y la desigualdad se agudizaban.

Y el voto de castigo pasó factura.

En Brasil, Bolsonaro fue un líder polémico y su rechazo impulsó el voto por Lula, un ícono de la izquierda brasileña y latinoamericana. Su posición escéptica ante el COVID es considerada en gran parte como una de las causas del enorme saldo de más de 685 mil muertes por la pandemia, y durante su gobierno se disparó la desforestación en la Amazonia, tras sus políticas de impulso al agronegocio.

Sin embargo, sigue teniendo el respaldo de la mitad del electorado que valora su agenda de valores tradicionales y su manejo de la economía.

A Lula por su parte se le reconoce haber sacado de la pobreza a unos 30 millones de brasileños en sus anteriores mandatos gracias a programas sociales financiados por el boom de las materias primas. Acabó su presidencia en 2010 con una aprobación cercana a 90%. Sin embargo, quedó manchado por acusaciones de corrupción y una condena que en 2018 lo llevó 19 meses a la cárcel, finalmente anulada por motivos procesales.

“Había una ola muy optimista de gobiernos de izquierda que intentaban reducir la pobreza, hacer frente a la desigualdad”, dijo Guilherme Casaroes, analista político de la universidad Fundación Getulio Vargas. “Y las condiciones económicas eran mucho mejores”.

Luego llegó la crisis financiera mundial que asoló a una América Latina dependiente de las exportaciones, y desencadenó en un cambio reactivo hacia la derecha. Esos gobiernos no afrontaron eficientemente la situación, agravada por una pandemia que puso de manifiesto la desigualdad en el acceso a la salud y la educación. Ahora, la izquierda tiene una nueva oportunidad para hacer las cosas de forma diferente.

"Lo que te hace viejo es la falta de una causa. Brasil es mi causa. El pueblo brasileño es mi causa"

Lula da Silva, presidente electo de Brasil

 

Bolsonaristas bloquean caminos

Los manifestantes bolsonaristas que ayer lunes bloquearon decenas de carreteras en Brasil en protesta por la derrota de Jair Bolsonaro, consideran que en las elecciones del domingo hubo “fraude”. Los bloqueos, en su mayoría ocasionados por camioneros, se han registrado en al menos 70 puntos de carreteras de 12 Estados de todo Brasil, anota la Policía Federal de ese país.

En Teresópolis, ciudad serrana ubicada a unos 100 kilómetros de Río de Janeiro, un grupo de manifestantes interrumpió el tráfico en la carretera nacional, permitiendo solo el paso de automóviles por el acotamiento.

El bloqueo, montado con neumáticos quemados, impidió el paso de centenares de camiones, que se quedaron varados durante horas.

Uno de los manifestantes, Rodrigo da Silva, dijo a la agencia EFE que se cometió un “fraude” en las elecciones del domingo. “Tengo sentimiento de rabia, de que estamos siendo robados”, dijo De Silva, contador de profesión, que llevaba en el pecho un adhesivo de la campaña electoral del líder de la extrema derecha.

Con llantas, seguidores de Jair Bolsonaro bloquearon ayer diversas carreteras de Brasil, en protesta por los resultados de las elecciones. EFE

Un mandato que tendrá "límite de crédito" social

La nueva “marea de izquierda”, si puede catalogarse como tal, no tiene el motor ideológico que movía a la anterior. “Los gobiernos de izquierda que tenemos en América Latina hoy son muy diferentes entre ellos”, explicó el analista Guilherme Casaroes.

Lula —considerado como un izquierdista fiscalmente moderado y pragmático, más que radical o populista— tendrá dificultades ante cualquier proyecto de fomento de integración regional.

“Es un giro a la izquierda menos cohesionada”, anota Leonardo Paz, consultor para Brasil del ‘think tank’ International Crisis Group.

Y Brasil sigue esta tendencia tras Bolsonaro.

“Si Lula no tiene éxito (...), si no satisface al elector brasileño, este votará contra él (en las próximas elecciones) y a favor de alguien más a la derecha”.

CT

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