Bolsonaro reduce derechos indígenas; cede autonomía a ministerio Agrícola
La decisión del nuevo presidente brasileño promueve el desarrollo agrícola y agropecuario, a costa de la reivindicación indígena de tierras perdidas en la colonización europea
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció hoy que el ministerio de Agricultura será el encargado de demarcar nuevas reservas indígenas, lo que indica que el gigante amazónico endurecerá drásticamente el acceso a los indios de sus tierras.
Tras prometer en campaña que no concedería "ni un centímetro" más a las decenas de etnias indígenas, entre ellas algunas no contactadas en la Amazonía, Bolsonaro transfirió este miércoles la potestad de demarcar nuevas reservas al ministerio de Agricultura, una atribución que tenía hasta hoy el órgano indigenista (FUNAI).
"Más del 15 por ciento del territorio nacional es demarcado como tierra indígena y quilombos. Menos de un millón de personas viven en estos lugares aislados del Brasil de verdad, exploradas y manipuladas por ONG", dijo Bolsonaro en un mensaje de Twitter.
"Vamos juntos a integrar estos ciudadanos y valorizar a todos los brasileños", agregó.
La Fundación Nacional del Indio (FUNAI) es el organismo que se encarga de lidiar con los pueblos originales de Brasil y, entre las atribuciones más importantes que tiene es la de demarcar reservas de etnias indígenas que perdieron sus tierras con la colonización.
La transferencia de esta potestad al ministerio de Agricultura, que promueve la industria agrícola y la expansión de la producción agropecuaria, supone un retroceso en la capacidad de los indígenas de reivindicar tierras ancestrales, pues los productores rurales consideran un "estorbo" al desarrollo agroindustrial las reservas amazónicas.
Además de la demarcación de tierras indígenas fue transferido al ministerio de Agricultura el servicio forestal brasileño, encargado de la recuperación de los bosques.
La nueva ministra de Agricultura, Tereza Cristina, conocida por defender los intereses de los grandes lobbies agroindustriales, negó este miércoles que las decisiones supongan un retroceso de derechos.
"Es solo una cuestión de organización", aseguró a la prensa tras asumir el cargo, un día después de que Bolsonaro asumió el poder.
Con una población de cerca de un millón de personas de decenas de etnias, los indígenas brasileños no tienen un solo representante político en el Parlamento.
Grupos ecologistas y de la sociedad civil acusan al nuevo Gobierno de Brasil de aliarse a los lobbiesagroindustriales para acometer una reducción masiva de las áreas de protección de la selva, con el objetivo de expandir las actividades económicas, lo que impacta no solo al medio ambiente sino también a los pueblos nativos de Brasil.
La mayor selva tropical del planeta, que ocupa más del 50 por ciento del territorio brasileño, ha sufrido en los últimos 30 años los efectos de esta tala acelerada y corte raso, que va sucedida muchas veces por la quema de los remanentes del bosque, para abrir áreas de pasto para el ganado bovino o la producción agrícola.