Ataque a una iglesia en Burkina Faso deja seis muertos
Hombres abren fuego contra personas congregadas en un recinto protestante en Silgadji
Al menos seis personas murieron en un ataque de un grupo de hombres armados cometido en una iglesia de la localidad de Silgadji, en la región del Sahel del norte de Burkina Faso, informaron hoy fuentes de seguridad.
El ataque se produjo en la mañana del domingo, poco después de oficiarse el servicio religioso, cuando individuos armados irrumpieron en la iglesia protestante y abrieron fuego contra las personas allí congregadas.
Murieron el pastor, otro religioso y al menos cuatro feligreses, según explicaron fuentes de seguridad al medio local Infowakat, sin pronunciarse sobre la autoría del suceso.
Aunque el ataque aún no ha sido reivindicado, la consultoría de riesgos Menastream señaló que los responsables podría ser "presuntos militantes del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes o el Estado Islámico en el Gran Sáhara", dos de los grupos que operan en la región.
Es la primera vez que una iglesia es atacada en Burkina Faso, desde que comenzaron los ataques yihadistas en este país de África occidental a principios de 2015.
El pasado 17 de marzo, el sacerdote de la diócesis católica de Fada, ciudad de la región Este del país, fue secuestrado tras una misa celebrada en la ciudad de Bottogui, en el norte de Burkina Faso, y fue encontrado muerto el 27 de abril a unos 180 kilómetros, en un pueblo cercano a Essakane, también en el norte.
Además, en los últimos días se han producido varios ataques, que también podrían tener relación con el crecimiento de la influencia de los grupos yihadistas en el país.
Este viernes, cinco profesores - colectivo amenazado por los yihadistas para que dejen de impartir educación "occidental" - fueron asesinados en Maytagou, localidad situada en la región del centro-este.
Y la madrugada del domingo, individuos armados atacaron el pueblo de Noaka, también en la región del centro-norte, quemaron restaurantes, cuatro vehículos e incendiaron la escuela, según Infowakat.
Burkina Faso sufre ataques yihadistas recurrentes desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso Tambao, al norte del país, y que aún sigue desaparecido.
Desde entonces, el número de ataques, que se atribuyen al grupo local, Ansarul Islam; a la coalición yihadista del Sahel, el Grupo de Apoyo al Islam y los musulmanes (GSIM), y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), ha ido aumentando de forma exponencial.
Según el Centro de Estudios Estratégicos de África, los ataques se han incrementado de 3 en 2015 a 12 en 2016, 29 en 2017 y 137 en 2018.
Pero, el Proyecto de datos de ubicación y eventos de Conflictos (ACLED) registró cerca de 200 ataques supuestamente realizados por los grupos yihadistas sólo en 2018.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, donde se producen ataques y secuestros de diferentes grupos yihadistas.
Sin embargo, la situación del este del país también se ha degradado desde el verano de 2018.
Burkina Faso es uno de los cinco países que componen el G5 del Sahel, junto a Mali, Mauritania, Níger y Chad, grupo que combate el terrorismo yihadista en la región.
IM