¿Y los reclamos?
La acusación al Departamento de Estado de “mentirosos” cuando emitieron un reporte de sobre la violación de derechos humanos en México, las imputaciones de “intervencionistas, mequetrefes y prepotentes” cuando se refirió a los legisladores estadounidenses que acusan a nuestro país que poco hace en la lucha contra la producción de fentanilo o cuando calificó de “intromisión abusiva que no lo aceptamos”, cuando hizo referencia a los agentes de la Administración del Control de Drogas (DEA) que en un reporte señalaron que vigilaban de cerca a los ‘chapitos’ en nuestro territorio, todo quedó en el baúl del olvido de López Obrador, cuando ayer recibió en Palacio Nacional a los altos mandos de la seguridad estadounidense para tratar asuntos de tráfico de drogas, migración y contrabando de armas.
A los “mequetrefes, intervencionistas y prepotentes” que ayer los tuvo de frente y AMLO les dijo, “Señor Blinken, señor procurador -sin decirle por su nombre ni mencionando al director de seguridad nacional también presente-, me da mucho gusto que estén aquí. Sé que van a trabajar de manera conjunta. Nos importa mucho esta comunicación, esta relación de entendimiento y de amistad. Vamos muy bien y yo pienso que vamos a resolver dos países juntos nuestros problemas y dificultades. Nosotros les agradecemos que estén aquí con nosotros y que trabajemos juntos. Y vamos a seguir la relación y va a ser muy buena. Muchas gracias”. Y los reclamos a los “mequetrefes, intervencionistas y prepotentes”, ¿dónde quedaron?.
Ayer, López Obrador no fue el hombre con cara de enojado que ‘lanza la piedra’, ayer fue el hombre con cara sonriente y que ‘esconde la mano’.
El comunicado conjunto que se emitirá después de la visita de los encargados de la seguridad estadounidense a México -el secretario de Estado, el Fiscal General y el director de Seguridad Nacional, entre otros funcionarios de alto nivel- va a decir lo de siempre, que fue fructífera y positiva, que se lograron avances o que se pusieron las bases de una nueva coordinación de trabajo binacional, pero a la postre todo será lo mismo. El ofrecimiento de los servicios de inteligencia estadounidenses de trabajar en coordinación en nuestro territorio con la guardia nacional y el ejército, debe ser tomado en cuenta para aspirar tener buenos resultados en el tráfico de drogas. De otra manera, los resultados serán los mismos y desafortunadamente continuaremos con la percepción de que hay intereses que no se quieren tocar.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net