¿Y los medios en el caso de Debanhi Escobar?
Desde que se dio a conocer la desaparición y después la muerte de Debanhi Escobar, de 18 años, en Nuevo León, se ha cuestionado a las amigas que estuvieron con ella esa noche, por haberla dejado; a los padres de la joven -que durante días estuvieron buscándola- por darle permiso de ir a la fiesta y no pasar por ella… Bueno, ha habido quienes en la imprudencia y el descaro se han atrevido a señalar y hasta responsabilizar a la propia joven por su muerte, por haber salido, por estar a esas horas fuera de casa... ¡¿En serio?! ¡Qué afán de juzgar y estigmatizar a las víctimas, con todo y sus familias! ¡Qué infame a lo que, como sociedad, hemos llegado!
Desde algunos medios de comunicación también haría falta hacer un mea culpa, una autocrítica para reconocer los errores que se han cometido en la cobertura y manejo informativo de este caso (y seguramente muchos otros más). La autocritica es buena. Todas y todos nos hemos equivocado más de alguna vez, pero eso no nos exime de la responsabilidad de informar con una perspectiva de género y de derechos humanos.
En redes circula una entrevista televisada a Mario Escobar, papá de la joven; ahí la conductora le cuestiona que no sea el padre biológico de Debanhi (de quien se hacía cargo desde que ella tenía dos años). ¡¿De verdad?! ¡¿Preguntarle eso al papá de una adolescente que recién encontraron muerta?! El señor tenía más de dos semanas buscándola. ¿Por qué preguntarle eso? Es cierto que, como producto, se busca que las noticias tengan un impacto, pero esto jamás debe estar por encima de la dignidad de las personas. Qué vergonzoso.
Otro medio de comunicación, este de prensa escrita, realizó una encuesta telefónica en Nuevo León preguntando si creían que la joven había muerto asesinada o por accidente. ¡Una encuesta! Como si el fallecimiento de la estudiante de Derecho fuera parte de un reality show, para ponerlo a disposición a la opinión de cualquier persona. Penoso.
“Está más que normalizado el revictimizar, criminalizar y sexualizar a las mujeres; es decir, donde la vieja tradicioìn de la nota roja persiste y es fomentada, pese a que perjudica a las víctimas, sus familias y a la sociedad en general”, se advierte en el “Manual para un periodismo con perspectiva de género en México”. Este documento, integrado por un grupo de periodistas, forma parte de la campaña Spotlight, impulsada por ONU Mujeres y la Unión Europea para prevenir y eliminar la violencia feminicida en el país.
“Es una guía que apuesta por las mejores prácticas del periodismo en Meìxico, todas encaminadas a informar con perspectiva de género: libre de estereotipos, de criminalización, estigmatización, revictimización, androcentrismo y discriminación”, señala el Manual, que puede consultarse en https://hchr.org.mx/.
La iniciativa Spotlight, que significa “foco” en inglés, busca sacar a la luz pública y convertir en centro de atención la violencia de género, que aún suele negarse, ocultarse o mantenerse en la oscuridad. Y en una sociedad donde la información fluye tan fácilmente y cualquiera puede opinar como juez, especialista o crítico, sin serlo, este tipo de manuales son bastante útiles para quienes trabajamos en medios de comunicación, desde cualquier área, espacio o responsabilidad.
En el periodismo, ya sea de prensa escrita, radio o televisión, se trabaja prácticamente a contra reloj, con la presión de conseguir noticias y entregar la nota. Pero nunca debemos olvidar que los medios informativos también son herramientas para educar y tienen incidencia en la forma en que se ve el mundo. Pareciera que hay quienes han olvidado algo básico: la empatía. Ponerse en los zapatos de las víctimas.
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