Y en México, nuestro silencio
Qué potente… #UnDíasinNosotras es un acto simbólico sin precedentes en México; un acto de silencio para visibilizar lo que nos está matando, un hecho que nace del hartazgo, de la tristeza, de la rabia y de las enormes ganas de que en este país se visibilice la violencia, la incapacidad de articular un discurso y una estrategia que tenga que ver con la realidad que vivimos en México, todas las mujeres. El presidente ha reivindicado su discurso (recordemos que hace unos días Carmen Aristegui le dijo: “No se equivoque señor presidente, el paro no es contra usted, es contra el sistema”), y ahora AMLO apoya el acto —cosa que tiene que hacer— y lo ha manifestado. Un atisbo de empatía en todas (¡en todas!) las esferas puede ser un primer paso.
Hay problemas importantes; es verdad que el modelo económico neoliberal provoca desigualdad (y esto no lo dijo el presidente, bueno sí lo dijo, pero lo dijo cuando no debería haberlo dicho), esto lo han mencionado académicos, filósofos e historiadores desde años atrás ( Desde Rousseau a Zygmunt Bauman), es decir hay mucho trabajo de reflexión pendiente; nos falta empatía, nos falta informarnos, estudiar, recapitular, trabajar en nuestra pequeña parcela para conformar un movimiento de paz y alcanzar un fin mayor. Ojo: Un Movimiento de Paz.
Pero a su vez, urgen mecanismos para evitar más asesinatos de niñas y mujeres, ¡minimizar el machismo! —entender cómo lo hemos construido y apoyado— y reconstruir todo lo que ya nos ha heredado la guerra contra el narco. En todo este contexto, las mujeres somos primordiales; porque las mujeres todo el tiempo a todas horas estamos haciendo algo por alguien.
Este 9 de marzo, será #undíasinmujeres en los trabajos, en los negocios, en las escuelas y se pretende a su vez que las mujeres no compremos nada. Según El Economista: “Un día sin mujeres puede implicar la paralización del 40% de la fuerza laboral mexicana, y un valor promedio de 25,744 millones de pesos. Si se suma el trabajo no remunerado, como el que realizan las mujeres en casa, la cifra supera los 37 mil millones de pesos”.
Por mi parte, lo único que sí voy a hacer… es… entre el amor y la poesía, las historias y su verdad —que son mis armas— explicarle a mi hija por qué es bueno parar, silenciarse, por nosotras y por todos.