Ideas

Y ahora qué, en seguridad y Estado de derecho

Hace unos días comentamos la aparición del libro ¿Y ahora qué? México ante el 2018, (Edit. Debate, 2017) que propone una serie de políticas públicas concretas para salir del marasmo en que nos hemos metido como país. El libro parte de un optimismo básico que comparto: México tiene solución, pero ninguna salida es mágica ni de corto plazo. En los siguientes tres artículos vamos a comentar algunas de las propuestas para alimentar el optimismo antes de terminar este año por demás complicado.

Los apartados de Corrupción y Estado de derecho e Inseguridad (no vienen en ese orden, juntarlos es ocurrencia mía) que fueron coordinados por María Amparo Casar, José Ramón Cossío y Eduardo Guerrero, presentan algunas cosas muy concretas que se pueden hacer para avanzar en esta agenda.

En materia de Corrupción y Estado de derecho hay 18 propuestas, pero tres de ellas me parecen fundamentales. María Amparo Casar propone la “muerte civil” para empresas y funcionarios públicos que hayan sido condenados por corrupción. Hoy existe la inhabilitación, que se aplica poco y tiene consecuencias limitadas. La “muerte civil”, de la cual deberá existir un registro público, implica sacar literalmente de circulación a las empresas, señalando claramente a sus socios, y a los funcionarios que sean condenados por actos de corrupción. En materia de ordenamiento legal, José Ramón Cossío plantea la necesidad de hacer una revisión de la normatividad vigente y hacer un programa del ejercicio de las facultades de los tres órdenes de gobierno. Las contradicciones y duplicidades son un factor clave en la impunidad. Y Raúl Mejía propone atender el problema municipal con especial énfasis en el problema urbano. El 115 Constitucional, lo hemos comentado antes, es demasiado grande para municipios pequeños y rurales y demasiado pequeño para la administración de las grandes ciudades con municipios conurbados.

En materia de seguridad, ese problema que hoy nos pesa más que ningún otro y del que oiremos cualquier cantidad de tonterías durante las campañas, los que saben proponen, entre otras cosas, lo siguiente:

Héctor Aguilar Camín pide concentrar los esfuerzos federales en delitos como homicidio, secuestro, extorsión, y lo que tenga que ver con las formas en que el crimen organizado captura a la sociedad. Tenemos pocos recursos, pongamos prioridades. Eduardo Guerrero propone concentrar la inversión en tareas de investigación, inteligencia e impartición de justicia antes que armamento y patrullas. Alejando Hope pone sobre la mesa crear un órgano autónomo que asigne, vigile y pida cuentas a estados y municipios de las inversiones federales en seguridad.

Hay muchas más, ninguna es de corto plazo ni sencilla, pero todas factibles y con resultados a mediano plazo.

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