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Y a usted, ¿lo pusieron en la lista?

El pasado jueves 13 de octubre, el Presidente López Obrador presentó una lista de 42 personas que, en su opinión, aspiran a convertirse en candidatos presidenciales de la oposición. Y, de hecho, al final agregó uno más para que fueran 43.

Son tantos y tan diversos, que en redes sociales hubo hasta quienes se quejaron de no haber sido incluidos.

En ese listado aparecieron algunos nombres de personas que, efectivamente, han expresado su interés de ser candidatos opositores.

En algunos casos, como candidatos de una alianza y en otros simplemente como candidatos de un partido.

Pero, junto con ellos apareció una multitud de personajes que tienen como simple rasgo común el que han expresado juicios críticos respecto al Gobierno.

Además, el Presidente López Obrador, con una imagen paternalista, se puso a dar consejos a la oposición para que pueda ser más efectiva.

El caso más claro es el de la alianza Va por México, integrada por PRI, PAN y PRD.

Aunque formalmente no se ha roto e incluso existen probabilidades de que en Coahuila y en el Estado de México pueda postular a candidatos únicos a las gubernaturas, en el ámbito nacional la alianza se encuentra metida en un laberinto.

Cabe la posibilidad, desde luego, de que siga la alianza y PAN y PRD, al final de cuentas accedan, pese a Alito.

De cualquier manera la relación estaría debilitada y con la expectativa de que puede reventar en cualquier momento.

El Presidente López Obrador sabe que en el caso de esta alianza lo crucial no son los nombres de los partidos que la componen sino que haya un candidato que pueda ser respaldado por todos.

No es el mismo caso en Morena. El cálculo que el Presidente tiene es que el apoyo que él dará a su candidato será crucial para movilizar a una parte amplia del electorado.

En la mayoría de las encuestas de intención de voto, Morena aparece con una ventaja muy amplia respecto a sus contrincantes y en los careos que manejan nombres prácticamente cualquiera de los prospectos obtiene una gran ventaja.

López Obrador utiliza parte de su tiempo, energía y tribuna para tratar de desdibujar a sus adversarios, como ocurrió con esa presunta lista de 43 personas que nuevamente manifestó la capacidad del Presidente para establecer los temas de la agenda pública.

En algo sí tiene razón López Obrador: si la oposición no mete más velocidad al proceso de definición de su estrategia y posibles candidatos para el 2024, las posibilidades de posicionar nombres se va a hacer más y más limitada.

El argumento de que es mejor no exhibir a los prospectos para que no sean atacados por los partidarios de López Obrador y por el Gobierno, ya no tiene sentido en este momento.

Tenga la certeza de que de los aspirantes reales a la candidatura presidencial opositora, el Gobierno ya cuenta con un amplio expediente.

Hay que partir de la premisa de que cualquiera será atacado, justificada o injustificadamente.

Si no salen a la palestra pronto, “las corcholatas” de AMLO pueden volverse inalcanzables.

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