Xóchitl y AMLO: ¿quién va a decir la verdad?
Luego de varios meses de críticas por los altibajos y los desatinos en su campaña, finalmente la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN-PRI-PRD), Xóchitl Gálvez Ruiz, tomó una decisión atinada: tendrá su propia rueda de prensa mañanera y hasta la bautizó como “La conferencia de la verdad”.
¿Quién habrá proyectado esta jugada? ¿Max Cortázar? Al final eso tiene escasa importancia, pero el impacto es tan contundente que desde la semana pasada el Presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió en su mañanera que Xóchitl haría sus propias ruedas de prensa. “Me da mucho gusto”, dijo el mandatario en su momento, para ocultar la evidente preocupación que eso le provocó.
El asunto es simple. Por fin alguien se atreve a competir con el Presidente por el control de la agenda pública. La candidata presidencial lo está logrando, porque en la primera de sus conferencias el tema es uno de los agravios más dolorosos que han sufrido los mexicanos en este sexenio: abrazos, no balazos.
Xóchitl Gálvez pudo evidenciar sin mucho esfuerzo que durante el Gobierno de López Obrador ha habido más asesinatos que durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Y es fácil, porque antes de entrar en los famosos comparativos estadísticos que tanto le gustan al Presidente y a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, las cifras totales son tajantes y además tienen un único origen, que es el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El problema para Xóchitl Gálvez será mantener el ritmo. Compartir temas de interés general que la ubiquen en el centro de la controversia en los medios convencionales y particularmente, en las redes sociales. Incluso desde antes de asumir la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador se apropió de estos espacios y nunca ha tenido un competidor. En este control de la discusión pública nacional es donde reside su eterna popularidad, su permanente aprobación por encima del 60% entre los mexicanos.
Pero mantener el ritmo de los temas y posicionarlos en la opinión de los mexicanos, será uno de los muchos retos para Xóchitl y su equipo.
El mayor logro que puede concretar con “La conferencia de la verdad” es vencer al Presidente en el control de la “posverdad”.
Andrés Manuel López Obrador ha sido el dueño de “los otros datos”. Ha sido el juez de lo que es correcto e incorrecto. Ha sido quien decreta a los aliados y los adversarios. Pocos se han atrevido a contradecirlo y quienes lo hicieron, terminaron desterrados de su entorno o se convirtieron en parias sociales señalados como neoliberales o enemigos de la transformación.
Quizás faltaba la campaña por la Presidencia de la República. Quizás sólo podía enfrentarse ese reto justo en una contienda electoral donde por fin, el Presidente sólo tiene la posibilidad de decir que Xóchitl Gálvez miente y presentar él mismo su versión de la verdad. La “posverdad” que tanto ha polarizado a la sociedad mexicana y que ha dejado mudos a los más hábiles oradores y contrincantes políticos.
La candidata presidencial sólo tendrá tres conferencias por semana. ¿Le habrá faltado confianza y material para tener una por día y así, enfrentarse al Presidente todos los días?
En esos tres días tendrá que demostrar, además, quién va a decirle la verdad a los mexicanos, ella o el presidente.