Votar en contra
Votar contra los 39 grados centígrados que marcó el Sistema Meteorológico Nacional para Guadalajara este 2 de junio, bajo un sol abrasador y un pavimento capaz de calentar hasta 12 grados extras unas culebras de aire casi irrespirables.
Votar contra las largas filas de más de una hora de espera, a pesar de que muchos llegaron temprano, y acudieron en silla de ruedas, con bastón, apoyados de una andadera, acalambrados, pero dispuestos a participar en su sexta o séptima elección presidencial.
Votar al final de la jornada, fatigada y contra la irritación ciudadana que todo el día exigió celeridad, que reclamó una y otra vez, pero tú los calmaste, les recordaste con una sonrisa que eras su vecina, les pediste que te reconocieran y les entregaste sus seis boletas.
Votar contra la lentitud en la casilla 3102 de la Primaria Urbana Ignacio Ramos Praslow en La Estancia, Zapopan, en donde pusieron sólo una mampara doble para 735 electores en la lista nominal y, según un funcionario de casilla, en la elección pasada hubo tres mamparas dobles.
Votar contra las dudas y el vértigo de mirar las seis boletas, sortear la confusión inicial y luego sufrir, como un golpe de calor, el enjambre de emblemas partidistas en las coaliciones para la gubernatura, diputaciones, alcaldías, Senado, y preguntarse: ¿y ahora por quién?
Votar contra la falta de propuestas viables y concretas a tantos problemas como las personas desaparecidas, el abasto de agua, la movilidad y la vivienda.
Votar contra el desdén de quienes pidieron nuestro voto, pero omitieron publicar sus propuestas y currículums en la plataforma oficial Candidatas y Candidatos, ¡Conóceles! del IEPC Jalisco (cumplieron sólo cuatro de cada 10 candidatos a alcaldes y apenas seis de cada 10 aspirantes a una curul).
Votar contra el lenguaje de la política cada día más alejado de nuestras preocupaciones cotidianas; votar contra el hartazgo cíclico de ver competir a los mismos políticos y políticas que sólo cambian de partido.
Votar contra la apatía que genera la política y contra la despolitización. Votar contra la desesperanza, contra el “todos son iguales”, contra la resignación de creer que este país no tiene más remedio.
Votar contra la desinformación, contra los discursos de odio en las redes sociales y la manipulación tendenciosa. Contra los mensajes de WhatsApp que infundían miedo si salías a votar y si votabas por cierto partido o candidato.
Votar contra las encuestas que durante más de un año, pero sobre todo en los 90 días de campaña, intentaron decirnos que ya todo estaba decidido o nos confundieron con resultados dispares sacados de la chistera.
Contra todo lo anterior más de cuatro millones de jaliscienses salieron a votar ayer para elegir una nueva Presidenta, un gobernador, diputados y senadores. Contra todo eso también votamos.
jonathan.lomeli@informador.com.mx