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Volteamos a Moscú y seguimos mintiendo

La semana pasada el tema Ucrania y asuntos relacionados con Rusia acapararon la atención en el ámbito internacional y dentro de la convulsión México apareció en el escenario notablemente.

Por primera vez en la historia en el seno del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se autoriza a que uno de sus cinco miembros sea intervenido por un relator para examinar los derechos humanos.

Es el caso de Rusia -los otros miembros son China, Francia, Estados Unidos y Reino Unido-, donde desde el inicio de la guerra en Ucrania se han realizado arrestos arbitrarios que se oponen a la invasión, una campaña en contra de los disidentes y coartado aún más la libertad de expresión.

Mientras tanto en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reafirma el respaldo a Ucrania ante la invasión rusa, emitiendo una declaración oficial que no es apoyada por México.

En la misma reunión de la OEA, México y otros 18 países se mostraron a favor de la destitución de Juan Guaidó como líder legítimo de Venezuela ante ese organismo, interpretándose como un apoyo irrestricto a Nicolás Maduro.

Debemos de agregar que en la misma semana el presidente López Obrador criticó al Parlamento Europeo por proponer al presidente ucraniano Volodímir Zelensky como candidato al Premio Nobel de la Paz.

Y ya casi para finalizar la semana, destacado en el portal oficial del Kremlin, publicado por la agencia rusa Sputnik y difundido en México mediante un comunicado por la Embajada de ese país, hablan del acuerdo firmado por Vladimir Putin el pasado 28 de septiembre en Moscú, que establece la instalación del sistema de navegación satelital Glonass -similar al funcionamiento del GPS- en territorio mexicano, así como un ‘Óptico-electrónico’ para “prevenir situaciones peligrosas”. Este sistema, que ya opera en Nicaragua, Venezuela y Brasil, se usa -según especialistas- para espiar. Sin embargo, se dice que el acuerdo es para “cooperar en la exploración y uso del espacio ultraterrestre con fines pacíficos”.

Ante la polvareda que levantó el anuncio ruso, salió al paso el canciller Marcelo Ebrard, quien dijo que “el acuerdo de referencia no lo menciona ni lo incluye y no está previsto instalarlo en nuestro país”, contrario a lo que el comunicado oficial ruso -ratificado por Putin el fin de semana- muy claramente señala: “El acuerdo prevé la posible instalación de Glonass en territorio mexicano”.

¿A quién debemos de creer?. La verdad, hay muchos argumentos que nos hacen dudar de lo declarado por el canciller, que es la posición oficial del gobierno de México. Y es que durante esta administración muchas han sido las mentiras. La narrativa de la mentira es el argumento base para engañar y tratar de justificar lo injustificable y la inacción.

Solo hay que recordar aquello que la gasolina iba a costar 10 pesos, el crecimiento económico que íbamos a tener sería elevado, lo de cero corrupción (?), que no iban a faltar medicinas, “o me dejo de llamar Andrés”, que el sistema educativo sería como el de Dinamarca, que la pandemia no era un riesgo y que estaba bajo control y hoy superamos los 700 mil muertos y somos el tercer país con más altos decesos, que el ejército en seis meses regresaba a sus cuarteles, bla, bla bla...y en lo que va de la administración las mentiras o falsas promesas que se han dicho desde el púlpito de la mañanera -quienes llevan muy detalladas estadísticas del asunto-, demuestran que se han pregonado casi 87 mil falsedades o engaños bajo la estrategia de la promesa o la de “yo tengo otros datos”.

Así que, con el asunto de la instalación del Glonass en nuestro país y con la abierta tendencia de voltear y defender más los intereses de Moscú, a quien le creemos y hacia dónde vamos.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net

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