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Villas Panamericanas en venta: ¿en serio, gobernador?

Los Juegos Panamericanos 2011 celebrados en Guadalajara quedaron en la memoria de los tapatíos y los jaliscienses como una confabulación para el despilfarro, los negocios elitistas y la imposición. ¿Los anales deportivos registran tal evento como un episodio destacado del deporte nacional? Clara y llanamente, no. El gobernador jalisciense en esa etapa, Emilio González Márquez, clausuró esa competencia deportiva al grito de “¡los mejores Juegos Panamericanos de la historia!”. Nadie lo tomó en serio.

Como prueba de lo incorrecto quedaron las Villas Panamericanas, en la zona de El Bajío, Zapopan. Dos mil 500 millones de pesos fue el costo que la administración del señor González erogó para complacer a Mario Vázquez Raña, en aquel entonces presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa).

Y ahí quedaron las Villas: un monumento a la arbitrariedad y al abuso. 644 departamentos que supuestamente serían vendidos después de la competencia deportiva para recuperar las inversiones pública y privada.

Sólo hubo entonces, y persiste hasta ahora, un obstáculo de origen: las Villas Panamericanas no deben existir ahí. No lo permite el uso de suelo. El Bajío es un polígono, según dictaminan los estudios de impacto ambiental, destinado a la reabsorción de lluvias para mantener activos los mantos freáticos. Es un activo ambiental para la segunda urbe del país.

Pero las levantaron. Y según el actual gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, el uso de los recursos públicos en aquel momento justifica lo que no era legal antes y no es legal hoy: que las villas se conviertan en un espacio habitacional.

Está dicho y punto.

En urbes como Ciudad Guzmán, Lagos de Moreno y la Zona Conurbada de Guadalajara, se habían venido haciendo viejos los espacios deportivos en que se gastaron cientos de millones de pesos para aquellos panamericanos. En nuestra ciudad, el destino dado a un par de esos inmuebles ha cambiado: se convirtieron en sedes negociadas para deportes como beisbol y basquetbol profesionales. Ya no son espacios para el uso y disfrute público.

Es extraña la postura del gobernador Alfaro Ramírez. Casi menos que elemental. En entrevista sobre el tema, indicó: “Tenemos que rescatar la inversión que se hizo de manera injustificada”.

¿Cómo es eso? ¿En lugar de investigar y castigar, debe justificarse? Esa argumentación no tiene fundamento.

El presidente municipal de Zapopan, Pablo Lemus Navarro, asegura (lo entrevisté) que no apoyará el uso de las Villas Panamericanas para uso habitacional. Esta es la prueba de fuego para su postura como autoridad de los zapopanos, ante quien reconoce como líder del movimiento que lo llevó a la alcaldía.

Lo que el gobernador Alfaro no ha mencionado, al menos hasta ahora, es que autorizar las Villas Panamericanas es abrir la puerta para que toda la zona de El Bajío se convierta en un espacio de desarrollo habitacional y de centros comerciales. Otro negociazo para los desarrolladores y especuladores.

“Estos negocios que se hicieron con dinero público tienen que tener una salida”, argumenta el gobernador de Jalisco.

No entiende que nos estamos quedando sin salida.

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