Ideas

Viene el rebote

Sí, la pandemia sigue estando presente y los rebotes amenazan en todas partes del mundo en formas cada vez más desconcertantes, al mismo tiempo que las informaciones y desinformaciones cooperan a que aumente el caos, así como la indiferencia, la incredulidad y las alarmas infundadas.

Lo cierto es que en determinados momentos ya no sabemos en quien confiar y a quien creer, pero la realidad que se nos presenta ante los ojos, es la que definitivamente nos golpea.

Aunque ciertamente hay otras pandemias que nos atacan y que contagian nuestra vida en aspectos mucho muy vulnerables, y que luego ni les hacemos caso o pasamos de largo.

No queremos darnos cuenta de que la agresividad florece en nuestros ambientes como una mala hierba y que nos contagian de la misma constantemente, con la cantidad de películas que importamos como si fueran una maravilla, y hasta pagamos por ellas.

Las marchas y manifestaciones que muy frecuentemente nos trasmiten, son otro ejemplo de la contaminación y contagio de esas multitudes que van contra la vida, y que optan por una forma de vida que definitivamente no es la que Dios implantó en la naturaleza.

Hay pandemias de enfermedades que han sido fomentadas y apoyadas por una publicidad desaforada provocando que miles de personas dañen su salud desde temprana edad.

Por eso se habla de obesidad, diabetes, alcoholismo, tabaquismo y cuando quieren atacarlas ya es verdaderamente difícil y causan lastre.

Y mientras nos encandilan con la cuestión económica como el principal problema, porque efectivamente hasta la más elemental sabiduría popular, solía decir: “con dinero baila el perro…” pero tal parece que nadie se da cuenta de que la verdadera solución a la economía e

Sería un reparto más equitativo, y dar impulso a la producción, más que a la comercialización. Y bien claramente vemos cómo los monopolios crecen y como hay quienes aprovechando la situación se enriquecen más, y los pobres, se hunden más.

Por eso, volvemos a repetir, como ya en otras ocasiones lo hemos afirmado, que el mejor contagio que podríamos adquirir sería el del Amor a Dios, por primero y por él a los más necesitados y sobre todo amor a la vida en todas sus dimensiones. Esta es la mejor forma de vivir y compartir.

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