Verónica Delgadillo, su primera y sucia prueba
Verónica Delgadillo tiene 70 días para resolver su primer desafío como alcaldesa tapatía: habilitar un servicio de recolección de basura provisional sin renovar la concesión a Caabsa Eagle ni contar con un sistema metropolitano de gestión de residuos.
La tarea requiere ensuciarse las manos después de que Pablo Lemus dedicó dos años sólo a parlotear y amenazar a Caabsa Eagle, pero sin consolidar el “Siapa de la basura”, el cual quedó en una campaña en redes sociales antes de diluirse en su campaña electoral.
El reto para Verónica es presupuestal, operativo y logístico.
Caabsa Eagle debe operar la recolección domiciliaria y disposición de residuos con 190 camiones, según el contrato de concesión. El gobierno tapatío ha asegurado que la deficiencia en el servicio se debe a que la concesionaria opera con menos unidades (entre 130 y 150).
En plena crisis de recolección en enero de 2023, cuando 2 mil 500 toneladas de basura se acumularon en las calles tapatías, el alcalde Lemus informó que habían arrendado 16 camiones que se sumaron a 20 para asumir parte del servicio en el municipio.
Por su parte, Delgadillo actualizó la cifra recientemente al señalar que el ayuntamiento cuenta con 68 camiones recolectores. Significa que Guadalajara necesita al menos 120 vehículos de recolección de basura adicionales para garantizar el servicio.
El entonces primer edil tapatío declaró que cada camión costaba alrededor de 4 mdp. Hablamos de una inversión arriba de los 480 mdp para contar con una flotilla suficiente.
Hay que añadir que ese sistema es operado por una plantilla de 900 trabajadores, lo cual implica asumir su costo.
Dinero hay, ese no es problema.
Entre 2018 y 2023 Caabsa recibió de los tapatíos, según datos de transparencia, en promedio 360 mdp anuales.
El problema es licitar, comprar o arrendar, y crear un sistema funcional antes del 17 de diciembre que finaliza la concesión de Caabsa.
Resuelto el equipamiento y el personal, el desafío es implementar una logística eficiente y sostenerla el tiempo que tarde en conformarse el sistema intermunicipal.
El 26 de septiembre pasado, el pleno del ayuntamiento tapatío rechazó ampliar la concesión a Caabsa por 15 años como lo solicitó a principios de año.
En el dictamen presentado por Servicios Municipales para justificar la decisión por los incumplimientos de la empresa, se remarcaron dos aspectos:
1. El desastre ambiental generado por el mal manejo de los vertederos de Matatlán y Laureles.
2. “Los miles de reportes mensuales de parte de los ciudadanos por la deficiencia en la prestación del servicio de recolección domiciliaria”.
Caabsa advirtió que recurrirá a tribunales si no le amplían la concesión. También ha señalado que Guadalajara carece de una alternativa para la recolección domiciliaria de basura.
Verónica Delgadillo debe demostrar que en esto último Caabsa se equivoca porque, al menos en este momento, la concesionaria tiene razón: carecemos de una alternativa.