Variables psicológicas que influyen en la mente de los votantes
Aunque lo deseable sería que fuera un voto más razonado y fundamentado en una información más precisa sobre los partidos políticos, sus candidatos y propuestas. En la realidad, las variables más influyentes suelen ser las emocionales. Por un lado intervienen los miedos, la esperanza o el enojo que se puede llegar a tener en contra de algún partido, o de manera directa contra una ideología o propuesta.
Las emociones son complejas reacciones sentimentales que se tienen acorde a la experiencia personal. A veces influye el simple hecho de que me cae bien o me cae mal, me agrada o me disgusta. O hasta el extremo de no sé nada; pero me dijeron que debo de votar por...
La carga emocional que se tiene es el blanco predilecto de los demagogos, la propaganda política, la compra de voluntades y en fin el promover la esperanza y la idea de que en un futuro se obtendrán mejores y más beneficios para la ciudadanía, se puedan o no cumplir. Se prometen para ganar votos. Y listo.
Desde luego que la percepción que se tiene de los candidatos, desde su personalidad, hasta su apariencia o forma de decir las cosas van a influir a la hora de tachar una boleta electoral. Podrá sonar muy superficial; pero así es, ese voto se queda en una sencilla apreciación y no entrará nunca en la decisión razonada.
Muchas personas votan por lo que les han dicho sus familiares y amigos, es una respuesta grupal. Tampoco se reflexiona, se hace lo que me dijeron que hiciera y punto. Y puede llegar a ser tan sin conocimiento, que votar es un acto de solidaridad con la familia “me dijeron que votara por...” y eso es lo único que hacen en la urna, una obediencia al dictamen de las personas queridas.
Claro que influye la identidad social, es decir, al gremio, clase social o trayectoria académica. No es la misma actitud hacia el voto, de un maestro universitario, que la del alumno, sin menospreciar su valor. Son diferentes percepciones.
Al igual que los valores éticos o morales, que se tienen, bajo la idea de qué está bien o mal. Qué es lo correcto o qué sería un error.
El tipo de medios de comunicación que acostumbran contactar y los nexos con amigos políticos y personas influyentes. Todos esos factores y algunos más, como el contexto social en el que viven o la seguridad o carencias económicas, harán una influencia directa en el momento de tachar una boleta. Tal vez unos lo harán de forma más profunda y consciente y otros como tachar una cruz en un logo que les puede parecer bonito. Muchas veces sin saber ni entender nada de la situación política actual.
Cómo quiera que sea, de una manera más culta o muy simplista, ir a votar es sumamente importante en una democracia que valora más la cantidad que la calidad. Y entre más personas voten siempre será mucho mejor.
Así que apresuremos el empeño de promover el voto y alentar la participación del mayor número de personas, para que se presenten el día de las elecciones. El simple hecho de lograr un aumento significativo de votantes, ya es un logro importante para nuestra democracia.