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“Va a arder Troya”

El viernes pasado, en uno de los salones del tercer piso del Departamento de Estado en Washington, había puras caras contentas. De un lado de la mesa de conversaciones -entre otros- el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el embajador en México, Ken Salazar. Enfrente, la Canciller mexicana, Alicia Barcena, quien estaba flanqueada por la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez y los secretarios de la Defensa y Marina, Luis Cresencio Sandoval y Jose Rafael Ojeda, respectivamente. (Estos dos últimos uniformados ¿era necesario que estuvieran presentes o cuál es el mensaje?. Con Rosa Icela y Francisco Garduño, del Instituto Nacional de Migración, quien también estuvo, hubiera sido suficiente la representación).

El motivo de la reunión, es parte del acuerdo tomado el 27 de diciembre cuando los mismos funcionarios norteamericanos estuvieron en Palacio Nacional con López Obrador, donde se programaron visitas periódicas para revisar cómo marcha la contención de migrantes en nuestro país e impedir que lleguen a la frontera norte. Plan que ha funcionado a la perfección, ya que inmediatamente la Guardia Nacional disuadió a una caravana de casi 10 mil personas que estaban en Chiapas, ofreciéndoles visas humanitarias. En otras palabras, el problema quedó para México. Sin embargo, el “favor fue solicitado” directamente desde la Casa Blanca, donde el presidente Joe Biden está “arrinconado” y amenazado por el Congreso en concederle más presupuesto para sus apoyos bélicos a Israel y Ucrania, y mientras no resuelva el problema migratorio de la frontera, el asunto en su máxima debilidad política -bajándole su índice de aprobación- en el año de la elección en donde busca la reelección.

Pero en la reunión claro que había caras contentas. Los reportes de la Patrulla Fronteriza hablan de una reducción considerable de migrantes desde la última semana de diciembre y de las dos primeras de este mes, coincidentemente después de la reunión en Palacio. Y aunque no se dieron detalles de las conclusiones de la reunión, solo generalidades, sí se destacó el mensaje enviado por AMLO, en voz de la Canciller, quien dijo, “Quiero que sepan que traemos un mensaje de Nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, primero que nada un saludo muy afectuoso porque nosotros, como México, tenemos la intención de ayudar, de apoyar. Aquí estamos muy listos para abordar las causas estructurales de la migración, los factores que contribuyen a la migración irregular y, sobre todo, para abordar este tema, en beneficio de la gente”, confirmándose la “disponibilidad” de Palacio a las peticiones de la Casa Blanca.

Un día antes de la reunión en Washington, el gobierno de México recibió una carta de la Organización Human Right Watch (HRW), donde le piden a López Obrador rechazar cualquier propuesta de acuerdo con Estados Unidos que lleve a un incremento en la expulsión de migrantes que solicitan asilo, que es precisamente el espíritu de colaboración que piden los vecinos del norte a Palacio.

Sin embargo, a pesar de la peticiones el tema migratorio no será motivo de una continua sonrisa. De acuerdo con un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad de Rice, destaca que para este año el tema será desafiante para nuestro país. Se habla que el panorama que se vislumbra en la frontera de ambos países será punto crítico, sobre todo tomando en cuenta que hay elecciones presidenciales en los dos lados de la frontera. El informe indica que la migración continuará -como hasta el momento- sin una protección adecuada, lo que causará diferencias políticas entre México y Estados Unidos, que aumentaran las tensiones sociales, económicas y de seguridad pública. Y tomando en cuenta que en México se han aceptado más de 130 mil solicitudes de visa humanitaria, el problema tiende a complicarse en nuestro territorio en todos los sentidos.

Así que, de las sonrisas a la realidad solo hay una verdad. Por lo menos en el futuro mediato no hay posibilidades de que el panorama de caravanas de migrantes -con sus problemas y consecuencias- cambie; México continuará como barrera de contención en la medida de sus posibilidades, sin garantizar nada al vecino, ahondando las consecuencias de una población flotante sin control en nuestro territorio. Y a la postre, las “peticiones” de Washington seguirán llegando, nosotros sonriendo como que ayudamos y la tensión binacional incrementando -como dice la Universidad Rice- pero OJO, a finales de este año es muy probable que la oficina Oval tengan nueve huésped, que se llama Donald, se apellida Trump, y entonces si “va a arder Troya” con este y otros temas como el narcotráfico.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net

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