Una sirvienta en los Oscar
Uno de los grandes méritos de Alfonso Cuarón, recientemente galardonado con un Oscar como Mejor director, fue darle vida a sus recuerdos de la infancia y dentro de ellos crear un rol protagonista a una empleada doméstica.
Además del papel social y familiar que desempeña una sirvienta dentro del hogar, pudo llegar a tocar, con especial talento, el problema racial y la discriminación que aún está vigente en México y en muchas partes del mundo.
Lograr que un rostro como el de Yalitza Aparicio se hiciera presente entre la crema y nata de la belleza de Hollywood es un logro de grandes implicaciones.
Veamos algunas reflexiones al respecto:
- La cuestión de los pueblos autóctonos, mal llamados indígenas, aún sigue siendo motivo de discriminación y franca devaluación. Lo europeo permanece como el prototipo de la belleza y la elegancia, frente a lo corriente y la fealdad, que aún representa para algunos la pertenencia a los pueblos oriundos.
- Las sirvientas son el remanente de las esclavas de antaño, están para hacer los trabajos más pesados y laboriosos de un hogar por una escasa paga y sin prestaciones de ley, además de estar expuestas a todo tipo de abusos y maltratos. Como también el de recibir un trato privilegiado y amoroso, por algunas familias más decentes.
- Hasta antes de la película Roma, podríamos decir que la gente bonita era la más importante protagonista del cine mexicano, y ahora ocupó un segundo lugar. Se ha logrado demostrar que para ser nominada, no se necesitaba de belleza tipo Miss Universo, sino que el desempeño y el humilde talento fueron capaces de no requerir más que del genuino rostro, que como ella, cada uno de nosotros tenemos.
- Cuestionar el estereotipo de que el éxito y las mejores posiciones económicas y de prestigio le pertenecen más a la “gente bonita”, y que las “feas” no llegarían a la cúspide. Y no clasificar a las personas por su apariencia, y valorarlas por su dignidad.
- Con el triunfo de Yalitza, para algunos se abrió el debate si es una mujer bella o no. Podrá parecer una discusión ofensiva, estéril y sin mucho sentido, pero es el inicio de romper con los prototipos impuestos por las culturas dominantes. Ya esta polémica se ha dado ampliamente con las personas afroamericanas, y ahora con Roma, se pone en la mesa del debate, a la de los pueblos originarios.
- Seguramente se impulsará el estudio del papel de las sirvientas y acabar con el estigma de que las indígenas sólo son aptas para más o menos ser empleadas y cocineras en los hogares y algunos negocios. Se trata de modificar la idea de que las “indígenas” pertenecen a los estratos más bajos de nuestra sociedad. Pues ahora una de ellas, junto con su madre, se han llegado a sentar en donde muchas “fresas” desearían estar.
- Aunque se ha hablado menos de ello, pero hay una reivindicación del grupo lingüístico al que pertenecen y con ello se deben valorar más nuestros idiomas y rescatarlos, también forma parte de los logros alcanzados por la genial idea de Roma.
Son muchos los aspectos involucrados en este triunfo, que acaba siendo también el de muchos mexicanos ¿O qué opinas?