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Una noche en el Louvre

Ahora existe la posibilidad de dormir en el museo más visitado del mundo: si quiere usted pasar la noche del 30 de abril al 1º de mayo, no tarde en apuntarse (antes del 12 de abril) en la dirección electrónica de Airbnb* (vale la pena ver las fotos). Lo único que tiene que hacer es explicar en un máximo de ochocientos caracteres por qué considera que usted sería el invitado ideal de la Gioconda (Mona Lisa). La persona que gane podrá llevar un invitado.

El motivo de esta peculiar oferta conjunta del museo y la compañía de alojamiento para viajeros es la celebración de los treinta años de que se inauguró la pirámide de Pei en el patio frente al Louvre y por donde se ingresa.

No se sabe exactamente cómo sea el contrato, pero sin duda el beneficio para el Louvre consistirá en una buena cantidad de dinero, que nunca sobra en las instituciones culturales, además de la promoción entre viajeros de todo el mundo, mientras que la plataforma digital ganará en visitas y por lo tanto en datos para su portafolio de clientes.

Después se servirá la cena frente a la Venus de Milo: un menú “compuesto sobre el tema del amor y la belleza, en honor de la diosa Afrodita”

Según explicó la administradora general adjunta del museo, Anne-Laure Béatrix, el programa es el siguiente: el martes 30 a las 18:30 el ganador y su acompañante serán recibidos por un guía especializado para efectuar una visita guiada como la que se da a los jefes de Estado y otras personalidades distinguidas. Luego tomarán el aperitivo en un saloncito instalado para la ocasión frente al cuadro de Da Vinci, que -lujo máximo- por una vez no estará sitiado por chinos tomándose selfis. Después se servirá la cena frente a la Venus de Milo: un menú “compuesto sobre el tema del amor y la belleza, en honor de la diosa Afrodita”. Para rematar la velada, la joven intérprete de pop-folk Sarah Jeanne Ziegler ofrecerá a los huéspedes un recital privado en los suntuosos salones de Napoleón III.

Finalmente el par de visitantes irán a ocupar una curiosa alcoba que es una piramidita dentro de la pirámide (y también de paredes transparentes, como la grande). Va estar complicado dormir con el lucerón; pero bueno, el Louvre bien vale una desvelada. Habrá que llevar pantuflas y bata, porque ir al baño en la noche implica un recorrido medio largo...

No es la primera vez que Airbnb organiza cosas así: en Londres, en el Museo de Historia Natural, se ha invitado a dormir en el gran vestíbulo victoriano, pero de forma menos lujosa y hasta había que llevar sleeping bag. En 2015, en París, el Ayuntamiento de la ciudad recibió una aportación de 350 000 euros por parte de la compañía por una promoción para pasar la noche en las catacumbas de la ciudad, donde con esos fondos pudieron hacerse obras de restauración. El año próximo, el Acuario de París alquilará por tres noches a la plataforma de alojamiento turístico una habitación inmersa en el estanque de los tiburones, para sensibilizar al público sobre esta especie en peligro de extinción.

*https://www.airbnb.fr/b/louvre

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