Una mega-mentada a la Megafarmacia
La Megafarmacia es la joya de la corona si hablamos de los desatinos, las locuras, los despropósitos de este Gobierno de Cuarta Transformación encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Es ofensivo e insultante el despilfarro de recursos en una ocurrencia más que no tiene ninguna posibilidad de ser funcional y de satisfacer las necesidades de quienes requieren los medicamentos.
Para quienes vivimos en este país, este tipo de obras y acciones nos ridiculizan, nos colocan en calidad de tarados, o en el mejor de los casos, de sumisos e incapaces de poner un alto a quien se ha dedicado a despilfarrar el dinero de todos los mexicanos en proyectos y edificaciones “chafas” como se ha venido señalando en los casos de sus obras insignia: una refinería que no refina; un aeropuerto internacional que no lo es y que no tiene líneas aéreas, vuelos ni pasajeros; y un Tren Maya que ahora ya se le conoce como “El Tren Falla”, porque en sus limitados recorridos que ha realizado así ha sido, sin menoscabo de las demoras e inconvenientes.
Me resulta inconcebible que una mañana el Presidente se despierte con una idea descabellada, enseguida la anuncie en su conferencia Mañanera, en ese mismo instante se convierta en un plan de Gobierno y a los días ya esté en funcionamiento con una inversión de miles de millones de pesos. Pero no nos equivoquemos, eso no quiere decir que el actual régimen resulte altamente efectivo, lo que resulta es que es inmensamente insensato e imprudente.
Dos mil 700 millones de pesos es lo que nos costó a todos esta grotesca idea que no es otra cosa que un despropósito insultante creado no para satisfacer a los enfermos y a quienes requieren de sus medicamentos, sino para agrandar el ego de un presidente fracasado que tiene la imperiosa necesidad de inaugurar obras porque sabe que su tiempo se acabó y los escasos meses que le restan de administración serán insuficientes para sacar a flote a un país que se empecinó en destruir y lo consiguió en sólo cinco años.
Y esto del despropósito de la Megafarmacia no lo digo yo, lo afirman expertos en el tema, como el reconocido médico cirujano y especialista en farmacología, Xavier Tello, quien en diversas entrevistas a medios de comunicación ha reiterado que la también llamada “farmaciota”, no es más que un gran almacén de medicamentos que no va a resolver el problema de desabasto que existe en todo el sector salud del Gobierno federal.
El también autor del libro “La tragedia del desabasto” apuntó que esta iniciativa de López Obrador para resolver la falta de medicamentos en las clínicas y hospitales del gobierno federal, desde el ISSSTE hasta el IMSS, “es un disparate”, debido a que la logística para entregar los medicamentos que necesita cada paciente requiere la tecnología más avanzada para su distribución.
De hecho, en una entrevista para Aristegui en Vivo del 4 de septiembre de 2023, advertía que el almacenamiento y distribución de medicinas, por sus múltiples fechas de caducidad, no se podría manejar como si se fueran a guardar “latas de atún” en una tienda de barrio o en una “miscelánea”, debido al riesgo de que tratamientos y lotes muy específicos de medicamentos “se echen a perder”.
Ex colaborador de empresas farmacéuticas por más de 20 años, Xavier Tello aseguró entonces que la entrega de medicamentos por parte del Estado era una idea “anacrónica, burocrática, absurda y antieconómica”, ya que la tendencia en el mundo es que los servicios médicos oficiales no tengan el medicamento físicamente, sino que permitan a los privados la distribución de estos.
Apuntó que en países como Dinamarca, que ha sido desde el inicio un referente en los servicios de salud para el Primer Mandatario, los pacientes de instituciones estatales pueden canjear su receta en la farmacia de su preferencia.
Recordó que el Gobierno de López Obrador, tras quitar el esquema de distribución de medicamentos a empresas del sector privado, intentó montar sus propias cadenas de abasto a través de Birmex, la empresa paraestatal que comercializa y elabora vacunas y antivenenos, entre otros productos, pero esta estrategia oficial también fracasó.
“Este problema, completamente autoinflingido que tenemos de desabasto quisieron resolverlo a través de sus propios canales de distribución y lo hicieron mal, donde vemos que parches con empresas que no tenía nada que ver como Birmex, comenzaron a manejar productos de salud y se les caducaron en el camino. Esto ocurrió también en las bodegas del ISSSTE, entonces por donde lo queramos ver, es un verdadero despropósito”, dijo.
Para Tello, la solución no es centralizar medicinas en un enorme almacén, toda vez que los pacientes necesitan acceder a sus medicamentos en lugares cercanos y convenientes.
Según su visión experta, la Megafarmacia no sólo no lo mejora, sino que lo complica todo aún más. El Gobierno debe facilitar el acceso a los medicamentos, no poseerlos. La obra es obsoleta y va en contra de los principios básicos de eficiencia y accesibilidad.
Además, se corre el riesgo de ineficiencias, pérdidas y mal manejo de medicamentos, un retroceso en la lucha por un mejor sistema de salud.
En resumen, apuntó: la Megafarmacia es un proyecto costoso, inviable y alejado de las verdaderas necesidades de los pacientes.
“No es el camino. Es sólo un disparate”.
La Megafarmacia fue inaugurada el pasado viernes 29 de diciembre; se ubica a 5 kilómetros al este de la desviación a Tula sobre carretera Jorobas-Tula, a 30 kilómetros del Arco Norte y a 5.2 kilómetros del Circuito mexiquense, además de 30 minutos del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en Huehuetoca, Estado de México.
De acuerdo con información federal, el inmueble tuvo un costo de mil 400 millones de pesos, a lo que se suman mil 300 millones de pesos de inversión en modificaciones, que fueron indispensables para obtener la certificación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
El acondicionamiento incluyó 100 mil metros cuadrados de cámaras de red fría y de congelación, cámara de refrigerado, un Centro de Atención de la Megafarmacia y el acondicionamiento de 195 rampas.
No somos un pueblo agachón, hemos salido a defender al INE, a la Suprema Corte, a las mujeres. ¿Por qué permitimos que se despilfarre nuestro dinero? ¿Por qué no alzamos la voz para exigir cuentas? ¿Por qué le firmamos cheques en blanco a un Gobierno abusivo e inepto? Yo por lo pronto, a su Megafarmacia le mando una MEGA-MENTADA.
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