Una lección en Zapopan
“Zapopan requiere de un estadista y no de un gerente”. Esta frase la pesqué al vuelo en una de las recientes estadías que me gusta hacer en la “Plaza de las Américas” de su cabecera municipal.
Estábamos viendo de frente a la secular Basílica que alberga la pequeña y “taumaturga” imagen que le fuera legada en 1541 a la población por Antonio de Segovia, el fraile que fue tan activo en la “pacificación” de los rebeldes cazcanes. A una mano queda la parroquia de San Pedro y a la otra las oficinas administrativas del municipio que ha ido asumiendo muchas de las funciones que antes se concentraban en la antigua escuela convertida con el tiempo en Presidencia Municipal.
El hombre argumentaba con vehemencia que ese municipio es tan complejo como un país y que, por lo tanto, debe pensarse en que su gobierno no puede ser encabezado por un “vulgar gerente”, decía.
Ganó mi atención en virtud de que daba claras muestras de conocer muy bien los vericuetos de este municipio de gran tamaño, ahora ya el más habitado de Jalisco y, al parecer el sexto de toda la República.
Describió la enorme pluralidad de sus actividades: desde sofisticados centros de investigación y docencia, como El Colegio de Jalisco, y tantas dependencias de la única Universidad de Jalisco “que no requiere de apellido”, su corredor industrial limítrofe con Guadalajara, comercio de todo tipo y por doquier, centros turísticos de diversión y arqueológicos y hasta un rinconcito de filiación minera al Noroeste que responde al nombre de Coronilla…
En efecto, tenía razón el hombre que lamentaba que las últimas administraciones municipales habían tenido un carácter más bien empresarial y, claro, benefició unas cuantas actividades mas dejó en el olvido a quienes desarrollan funciones ancestrales, aunque no por eso menos importantes.
Con ímpetu el hombre aseguraba, creo que con toda la razón, que hay países que tienen menos diversidad que Zapopan, por lo tanto debía ser gobernado por quien tuviera una “visión de estado” y pudiera además aportar una perspectiva y una experiencia mucho más vasta que la de un simple empresario local.
“Se requiere, decía, de quien sepa gobernar más que de únicamente administrar como si fuera una empresa privada”, pues el desfase social se ha acrecentado en los últimos años y ya da muestras de darle vida a problemas sociales que nunca se habían presentado, lo cual puede traer en un futuro cercano muy graves consecuencias.
Resultaría muy conveniente que el nuevo gobierno tuviera un panorama amplio que abarque toda la complejidad de la población zapopana y ello no lo puede hacer quien no haya tenido experiencia global e incluso haya contemplado desde lejos la vida de Jalisco, además de conocerla de cerca también. Sin nada que no es experiencia empresarial lo que más se requiere, sino experiencia política.