Una descoordinación que festinan las mafias
Muchas señales encontradas y contradictorias han enviado las autoridades en su intento de reacción para responder a los grupos delincuenciales que escalaron las agresiones contra las fuerzas castrenses y las corporaciones policiales locales y federales en los últimos días.
Desde luego, esos titubeos y operativos que quedan sólo en anuncios de algunos golpes que por lo visto en nada debilitan la operación de las células del crimen organizado, lejos de inhibir sus embestidas los hacen sentir más dueños de los territorios que hoy controlan en detrimento de la tranquilidad y convivencia de la población que ha optado por huir de sus comunidades y alejarse de los espacios públicos, como pasa en la región Altos Norte de Jalisco.
De entrada, es desconcertante que mientras la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció el martes pasado el envío de mil 086 soldados y dos aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) a Teocaltiche “para localizar a los responsables de los hechos violentos registrados el 19 de noviembre” en los que sicarios desde vehículos con blindaje artesanal conocidos como “monstruos” asesinaron a tres elementos del Ejército e hirieron a cinco más, su llegada y esa presencia disuasiva no sea notoria tres días después en aquel municipio.
Los grupos delincuenciales ligados al cártel Nueva Generación y al cártel de Sinaloa que desde hace años han bañado de sangre esa zona por sus constantes enfrentamientos para controlar ese territorio, además de festinar ese incumplimiento, ganan tiempo también con saber que el Gobierno no tiene claridad a quién atribuirle el ataque.
Por un lado, en videos que circularon luego de la emboscada a los militares el domingo pasado, se ve a dos patrullas municipales de Teocaltiche custodiar a la camioneta de tres toneladas desde la que se atacó a la patrulla militar y que se atribuyó a sicarios del cártel de Sinaloa, mientras que con el operativo fallido realizado el miércoles en Zapopan, en el condominio Cima Park, por elementos de la Marina, buscaban detener a Audias Flores Silva, alias “El Jardinero”, considerado por la DEA un mando del cártel Nueva Generación, al que culpan de ordenar el ataque en Teocaltiche contra los miembros de la Sedena. Otras versiones aseguran que fue detenido el “Mini Toy” en esa misma operación, dedicado a surtir automóviles y arte a esa organización delincuencial.
Por parte de las autoridades locales, seguro también ven con beneplácito los malandros cómo entre el Gobierno estatal y la autoridad municipal de Teocaltiche, en vez de coordinación para tratar de detenerlos sólo hay reproches y ausencias, mientras la población sigue aterrorizada y en espera de que su alcalde, su gobernador y su Presidente cumplan con su obligación constitucional de garantizarles paz y seguridad.
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