Una consulta para llorar
Tres veces yo voté, tres veces yo voté. La primera en el Parque Rojo, la segunda por la Liberación y la tercera por placer. La consulta -o insulto- nacional sobre el nuevo aeropuerto de la CDMX fue un desastre exitoso, como tú, yo, él, nosotros y todos anticipamos.
¿Tinta indeleble? Ay, pero qué necesidad; el pueblo bueno no duplica su voto. Mejor tinta china Pelikan que sale con salivita y paciencia.
Y a falta de una app, cuaderno Scribe y pásele a votar, no se preocupe, aquí anoto su nombre y al rato lo damos de alta. Nada de que se cayó el “sistema”.
Porque la realidad vestida de morena siempre tiene una explicación no pedida y, si pedida, dada pero con tubo. Si no lean lo que respondió Jesús Ramírez, vocero de Andrés Manuel López Obrador de maravillas.
Sobre el registro de votantes en un papelito: es que hubo “falta de conectividad de datos en algunas zonas”. Y que aventaron votos duplicados: son “situaciones focalizadas que no configuran un patrón de comportamiento que pongan en duda la validez de la consulta”.
Pero hubo quien sufragó hasta cuatro veces: eso “no tiene una relevancia significativa, en términos del número de participantes”.
Somos parroquianos de cantina, pero no quieran vernos la cara de fifís. Saquen el cadáver del clóset, chapuceros: “esto no invalida la consulta misma, sigue adelante, invitamos a los ciudadanos a ejercer este derecho”.
El tío chueco hablando de derecho.
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Los diputados locales salientes ingresaron por la puerta de atrás del Legislativo durante la toma de protesta de los nuevos legisladores. Como cargamaletines tales por cual.
El protocolo de seguridad alrededor del recinto, digno de la instalación del Parlamento Europeo, sólo fue superado por la exquisitez de los requerimientos para comportarse en el lugar e ingresar al pleno.
De entrada, sólo se podía acceder al recinto con una invitación que a varios de los actuales diputados no les llegó, así que quedaron fuera.
A menos que la disciplina policial del ex sheriff Salvador Caro se haya impuesto, no entendemos tanto despliegue de seguridad y protocolo.
Como si en verdad la 62 Legislatura trajera puro crack de primera y no puro cascajo y cacariza repetida.