Una consulta farsante e innecesaria
¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?. Esta es la pregunta que aparecerá en la consulta popular que el próximo 1 de agosto habrá de llevarse a cabo y que -según dice López Obrador (AMLO)- es para saber si los ciudadanos quieren que se investigue a los expresidentes y se les juzgue en caso de que hayan cometido ilícitos en sus periodos.
La intención de todo esto es -desde el momento que AMLO la propuso- primero, cumplir con una promesa de campaña y segundo, tener una bandera como pretexto para hacer política y no necesariamente un deseo pleno de que se cumpla con la justicia. Es un motivo proselitista que busca mantener vivo el interés de la gente en su proyecto y estar en boca de los ciudadanos ante los desatinos de un gobierno que no ha cumplido con la propuesta de gobierno que pregonó por muchos años.
En estos días, ya no es el objetivo de la consulta lo que se cuestiona, sino quien cargara con el gasto de la consulta, cuando el Instituto Nacional Electoral (INE), dice no tener presupuesto suficiente para llevarla a cabo y AMLO dice que colaborará con más recursos federales. Los gastos operativos de la consulta deberán salir del mismo INE, según dictaminó la Suprema Corte de Justicia (SCJN) que declaró infundada la controversia constitucional del organismo para ampliar su presupuesto.
López Obrador al lograr la consulta estará rompiendo una de las viejas reglas no escritas del sistema político mexicano de no ‘hacer olas’ de las administraciones de sus antecesores y está corriendo el riesgo que cuando él se vaya esas olas se pueden convertir en marejadas.
En los últimos días AMLO ha insistido en “no voy a votar porque se enjuicie a los expresidentes, pero tampoco quiero pasar a la historia como tapadera, como alcahuete...la gente tiene que decidir, es mandar obedeciendo”. Y precisamente es ‘obedeciendo’ como se debe gobernar. Cuando tomó posesión y le pusieron la banda presidencial textualmente dijo:
"Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrioticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande".
Dice claramente ‘Guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen’. Entonces, si las leyes dicen que cuando hay un supuesto ilícito, cuando hay sospechas y cuando hay argumentos probatorios, que se investigue, y si alguien resulta responsable la Fiscalía tiene que actuar. Dicho esto, ‘la nación demanda’ que si tienen todos esos elementos, que se aplique la ley de inmediato y no perder el tiempo y dinero recurriendo a una innecesaria y farsante consulta popular. ¿Usted, qué opina?.
daniel.rodriguez@dbhub.net