¿Un sexenio más sin agua?
Vamos para cuatro décadas de debates estériles, caprichos y chantajes de nuestra clase política y gubernamental que no ha tenido la capacidad para generar consensos y resolver el problema del abasto de agua para la ciudad.
Miles de millones de pesos de impuestos ciudadanos se han dilapidado en estudios y proyectos ejecutivos de las presuntas soluciones que nunca llegan.
El anterior y actual gobernador, Aristóteles Sandoval y Enrique Alfaro, respectivamente, prometieron como candidatos no inundar los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, amenazados por esa posibilidad desde que a inicios de la década pasada, el presidente panista Vicente Fox impulsó la construcción de la Presa El Zapotillo en Jalisco, para llevar agua a su natal Guanajuato. Ya en el gobierno, los dos recularon y afirmaron que no había otra opción que concluir ese embalse artificial.
Entrampado en su promesa inicial, Aristóteles optó por contratar a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) y al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y luego de un multimillonario estudio la sugerencia fue que se construyera la presa con una cortina de 105 metros de altura, con lo que rompía su promesa de no inundar las tres comunidades.
Luego de la presentación de estas conclusiones el entonces gobernador convocó a que se discutiera públicamente sobre el tema que se fue agotando sin que los impulsores y los opositores a la Presa El Zapotillo (entre ellos en aquel entonces figuraba el actual gobernador Enrique Alfaro) alcanzaran algún acuerdo.
Con una postura muy diferente, el ahora mandatario estatal, junto con su homólogo de Guanajuato, Diego Sinhue, plantearon el 12 de agosto de 2019 el llamado Acuerdo de Entendimiento para el Aprovechamiento de las Aguas del Río Verde, en el que establecen que Jalisco recibirá el 76 por ciento y Guanajuato el 24 por ciento del afluente, además de solicitar al gobierno federal la reactivación de la construcción de la controvertida Presa El Zapotillo.
En un primer momento el gobierno de la 4T parecía oponerse a la conclusión de la presa, según lo declarado por el primer titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Toledo, en una visita al poblado de Temacapulín a fines de julio del 2019, cuando consideró que había “una multitud de argumentos” que mostraban “la inviabilidad” de la Presa El Zapotillo. Sin embargo, hace dos semanas el Presidente Andrés Manuel López Obrador abrió esa posibilidad al señalar que pese a toda la corrupción que ha habido en ese proyecto, la presa podría quedar a 80 metros y protegiendo con diques a las comunidades para no inundarlas.
Habrá que ver por ello si hoy que funcionarios federales y estatales se reunirán para analizar el tema del suministro de agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara, entre otros, llegan con una auténtica voluntad de llegar a acuerdos incorporando nuevas alternativas y no se posponga una vez más esta decisión vital para el futuro de Jalisco como nos ha sucedido en las últimas cuatro décadas.
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