Un rescate que no fue
Una nueva escalada en los desafíos de los grupos delincuenciales a los cuerpos policiales del Gobierno municipal de Guadalajara, del Gobierno estatal y del Gobierno federal se registró en Jalisco la mañana del miércoles pasado en la Colonia Jardines Alcalde.
Eran las siete de la mañana con 50 minutos cuando vecinos reportaron cómo ocho hombres llegaron a bordo de dos vehículos al domicilio de Alejandro García Hernández, para irrumpir en la cochera con lujo de violencia y sacarlo de su auto, en el que estaba a punto de salir de su casa.
Se trató de una privación ilegal de la libertad de un hombre de alto perfil por ser el secretario general de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), y miembro de la coordinación estatal del partido Movimiento Ciudadano (MC) como responsable de asuntos obreros.
Ni esta condición personal, ni lo transitado de la zona donde está su residencia ubicada en las inmediaciones de la Secretaría de Movilidad y del Instituto de la Defensa de la Mujer, a donde los vecinos corrieron a denunciar el plagio, ni que hubiera sido a plena luz del día, hizo que los maleantes dudaran en cometer esta agresión.
Quedó así nuevamente en evidencia todas las facilidades que los hampones tienen para moverse por la ciudad y cometer sus fechorías sin que patrullaje alguno se los impida. Exhibe también todas las deficiencias de los cuerpos policiales, que igual de grave sería que se debiera a su incapacidad, miedo o colusión delincuencial.
Como se está volviendo tendencia, los primeros en llegar al lugar de los hecho, fueron los elementos y las unidades de la Guardia Nacional (GN) y del Ejército Mexicano, y pese a tratarse de un dirigente del partido en el poder en Guadalajara y en la Entidad, los soldados señalaron que la Policía Municipal y la Estatal nunca llegaron al sitio.
Por eso lo que más extrañó, es que poco después de las 14:00 horas, la Fiscalía estatal informó a través de sus redes sociales que habían dado con el paradero del líder sindical en calles del municipio de Tonalá.
Lo cierto es que la preocupada familia de Alejandro tuvo noticias de él pasadas las 11 de la mañana, y por sus propios medios lo llevaron a que le dieran atención médica por las agresiones recibidas. Él nunca fue localizado por algún operativo policial. Lo único que los policías hallaron en un estacionamiento del ex Parque de la Solidaridad fue el auto en el que se lo llevaron de su casa.
“Cabe mencionar que se encuentra recibiendo atención médica primaria, sin embargo, su estado de salud es reportado como bueno”, dijo la dependencia al asegurar también que se habían iniciado las investigaciones para “capturar a quien o quienes resulten responsables”.
Elementos castrenses consideraron que la movilización militar y de la GN hizo desistir a los raptores.
Fue pues la historia de un rescate que no fue.
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