Un ministro gana 349 veces más que el mexicano más pobre
Además de la disparidad, el sueldo real de los mexicanos se ha depreciado en la última década incluso más que en Honduras
¿De qué tamaño puede ser la desigualdad salarial entre dos mexicanos?
La respuesta está en la Encuesta Nacional de Ingreso y Gastos de los Hogares, la más completa para conocer cuánto ganamos y gastamos, y que realiza el INEGI cada dos años.
En su última edición reveló cifras para escandalizarse y que a la luz de la discusión sobre los salarios de los ministros adquiere un nuevo sentido para animar el debate.
El hogar más pobre en el país sobrevive en promedio con 91 pesos al día –37 pesos diarios por perceptor–. El INEGI considera un hogar conformado en promedio por tres a cuatro personas.
Y el hogar más rico tiene ingresos diarios por mil 876 pesos –766 pesos diarios por perceptor–; es decir, la familia más acaudalada gana 21 veces más en promedio que la más pobre en México.
Ahora, si retomamos el caso a debate de los ministros de la Suprema Corte y consideramos, no los 578 mil pesos que nos cuestan al mes –incluidos primas vacacionales, ayuda de anteojos, pago por riesgo, seguro de gastos médicos mayores y de vida, etc– sino los 388 mil pesos mensuales netos que reciben, dinero contante y sonante, tenemos que un ministro gana 13 mil pesos DIARIOS.
Esto significa que un ministro de la Corte gana 16 veces más que el más rico de los mexicanos y 349 veces más que el más pobre de los connacionales.
El salario real (y desigual) de los mexicanos
Mientras en la opinión pública se debate el salario nominal de 578 mil pesos al mes de un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el sueldo real de los mexicanos se ha depreciado en la última década incluso más que en Honduras, un país en extrema pobreza, expulsor masivo de migrantes y que solemos ver con cierta altivez.
El Informe Mundial sobre Salarios 2018 publicado en noviembre por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), revela que de entre 19 países de América Latina y el Caribe, México está en el “G7” de naciones que registraron una depreciación del sueldo real en los últimos 10 años.
Compartimos este “honroso” lugar en la cuarta posición del país con peor desempeño. A la cabeza están Jamaica, Trinidad y Tobago, Guatemala, México, Honduras, Puerto Rico y El Salvador. Otras naciones como Panamá, Ecuador o Perú tuvieron un incremento del valor de su salario de hasta 5 por ciento.
Y si nos comparamos con el G20 de economías industrializadas y emergentes, al cual pertenece México, nos va peor: somos el único país con un decrecimiento del salario real en la última década. El único. Brasil, Argentina, Estados Unidos, China, Sudáfrica, Turquía, todos tienen un crecimiento.
No es una casualidad que en el Informe Mundial sobre Salarios 2018 seamos, de entre los llamados países de “clase media”, el quinto con mayor desigualdad en ingreso salarial. En primer lugar están Sudáfrica, Namibia, Brasil, Costa Rica y México.
Esto nos lleva a una conclusión: el debate no debe centrarse en los que ganan mucho solamente sino en equilibrar y reducir esa brecha entre los que ganan mucho y los que perciben casi nada. Un asunto perfectamente legal, pero que está más allá de la modificación, o no, de una ley o la Constitución.