“Un mar” de interrogantes
La composición de escenas que apareció ayer en la pantalla de televisión de Fox News lo decía todo. Del lado izquierdo, la ya icónica fotografía de Associated Press -ya publicada en todos los medios del mundo- donde el presidente Trump con sangre en el rostro, levantando el puno y con la bandera estadounidense en el fondo, aparece rodeado de agentes del servicio secreto -bajando del escenario- cuando es llevado a resguardo a su automóvil para llevárselo después de que habían atentado contra su vida. Y del lado derecho, el video donde se observa al presidente Biden subiendo la escalera del avión presidencial -Air Force One- de manera lenta y con dificultades en el aeropuerto de Las Vegas Nevada, después de haberle notificado que había salido positivo en el examen de Covid y se disponía a regresar a su casa en Delaware para someterse a una cuarentena. Y después, el video de Biden llegando a Delaware, donde agentes del servicio secreto lo ayudan a subirse -con mucha dificultades- a “La Bestia” -limusina presidencial-.
Las imágenes revelaban una cruda realidad: Trump a pesar de la adversidad y del drama que acababa de pasar, con energía reacciona a su momento, mientras que Biden a pesar de su sustantividad se aferra a una alucinación.
Haciendo referencia a esas imágenes que se repitieron en todos los medios, las palabras de Van Jones, analista de la cadena de noticias CNN, lo dicen todo de otra manera: “A bullet couldn’t stop Trump, a virus just stopped Biden -Una bala no pudo detener a Trump, un viru simplemente detuvo a Biden-”. ¿Qué decisión tomará Biden? ¿Seguirá la recomendación de una mayoría en el demócrata que le piden se haga a un lado?
Son “un mar” de interrogantes que hay en estos momentos en la arena política del país vecino, y no solamente en el caso sobre el futuro del presidente. Otro asunto, son las grandes dudas que dejó la respuesta del Servicio Secreto en el atentado en contra del ex presidente Donald Trump. Cómo a pesar de tener conocimiento de una presencia de un sujeto no identificado en el techo de un edificio aledaño al evento, no se impidió que el ex mandatario saliera al escenario y quedará expuesto; como fallo en la comunicación con los otros cuerpos de seguridad que estaban advertidos del riesgo y sobre todo, como permitieron dejar expuesto a Trump -después del atentado- en dos ocasiones antes de bajar, cuando arengaba a la gente diciéndoles “fight, fight”, en lugar de cubrirlo y llevarlo con rapidez a su resguardo.
Y otro interrogante que surgió la noche del miércoles en la convención republicana. ¿Cuánto tiempo durará la “luna de miel” entre el ex presidente Trump y su candidato a la vicepresidencia JD Vance? En el discurso de aceptación de Vance, con su historia de vida -de donde proviene y cómo llegó hasta la nominación- y su carísima -no me refiero a su filosofía política- hizo voltear la cabeza a muchos y dio muestras que con más exposición puede convertirse en un líder con más “arrastre” y popularidad que el mismo Trump. Por lo menos desde hoy y hasta la toma de posesión -si se gana la elección- habrá un respeto y admiración -como lo demostró en su discurso- a quien lo llevó a esa posición.
Pero después, seguramente será una historia completamente diferente. La personalidad de Vance puede valorarse más que la arrogancia de Trump.
En la antesala de la elección presidencial en Estados Unidos se vive una serie de interrogantes. Pero no pasará mucho tiempo para saber que Biden deberá hacerse a un lado, que el Servicio Secreto sufrirá una “revolución” interna que lo haga más eficiente y que ante la “presentación en sociedad” de Vance, los republicanos ya tienen en el candidato a la vicepresidencia a un líder natural para la continuidad de su ideología, una vez que Trump tenga la necesidad de “pasar la antorcha”.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net