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Un gran ejemplo de solidaridad

Con motivo de las terribles inundaciones ocurridas por la tormentosa lluvia del pasado domingo principalmente en la zona del centro comercial Plaza Patria y sus alrededores, sitio donde se involucran puntos neurálgicos en cuanto a instalaciones del transporte colectivo, Línea 1 en funciones y Línea 3 en proceso de obra, amén de las voluminosas obras de remodelación del propio centro comercial, apareció una trágica circunstancia, previsible por donde se analice, que pudo haber cobrado un buen número de vidas, tanto de hombres como de mujeres y niños.

Las escenas que aparecen en varios de los videos que fueron tomados, principalmente por medio de teléfonos celulares dan constancia de la magnitud del caso, suceso en el que participaron tres principales protagonistas: la copiosa y prolongada lluvia, nada que supere los pronósticos históricos de precipitación conocidos desde hace “mil años” el segundo protagonista, la irresponsabilidad, dejadez y omisión de las autoridades del ramo, tanto gubernamentales como municipales, Obras Públicas, Sistema de Transporte, Siapa, y todos los sub, sub, sub de cada una de las dependencias citadas. Vale hacer el comentario respecto a que se cuenta con un atlas de riesgo, ignoro si se encuentra actualizado, en el que deben aparecer todas aquellas zonas que significan riesgos, no se vale argumentar que la precipitación del domingo en la tarde ha sido la más fuerte, son precipitaciones, insisto que se dan desde hace “un millón de años”.

Falla en los cárcamos, escombro y basura acumulada, postura de desinterés del conductor del transporte, y la intolerable como frecuente postura del “ahí se va”. El tercer protagonista, por cierto milagrosamente involucrado, sin previo papel asignado, han sido unos ejemplares jóvenes empleados de un negocio del propio centro comercial quienes con espontáneo valor, arriesgando sus vidas, se pusieron a rescatar a cada una de las personas que con razonable pánico eran inundadas por las abundantes corrientes de agua que se iban formando en plan creciente. La irresponsabilidad de las autoridades ha sido sustituida por el valor, arrojo y sobre todo sentimiento de solidaridad en su más amplia expresión. Se ha vivido un ejemplo de rescate de valores humanos en épocas donde predominan valores contrarios eminentemente materialistas, un triunfo de cultura humanitaria, un ejemplo que fortalece la vida social en paz y armonía.

A la frivolidad y la violencia que tanto aparece en una sociedad turbia y densa una respuesta basada en una verdadera conciencia social, los jóvenes que acudieron a salvar a sus semejantes nos dieron la oportunidad de recordar a T. S. Eliot cuando afirma: “ejemplos que hacen de la vida algo digno de ser vivida.

El Gobernador del Estado tuvo el tino de visitar a los jóvenes en comento, un buen gesto que quizás hubiera sido hecho con mayor énfasis, sobre todo tomando en cuenta que el precipicio que existe entre gobierno y sociedad puede ser salvado por este tipo de ejemplos, es verdad contundente que nos hemos acostumbrado a disfrazar nuestra verdadera falta de solidaridad con máscaras de hipocresía.

En cuanto a la responsabilidad gubernamental, proponer establecer eficientes códigos de prevención que eviten vuelva a repetirse eventos que de un momento a otro pueden convertirse en verdaderas tragedias humanas.

Dejemos de vivir bajo una relación gobierno-sociedad con sentido de armonía y no de frecuentes discrepancias.

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