Un fracaso llamado Insabi
Entre todo el festín de albazos legislativos de madrugada que se dieron sin pudor alguno las y los diputados federales de Morena y sus legisladores aliados del PES, PT y Partido Verde en la sesión que inició el martes y terminó al medio día de ayer en la Cámara de Diputados, sin duda la minuta que más preocupa es la que extingue al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), esta creación del Gobierno de la autollamada cuarta transformación con la que el Presidente quería cumplir su promesa de dar servicios de salud de primer mundo. Como en Dinamarca, decía.
Esta iniciativa presidencial, junto con la que desaparece el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, se da la concesión del Tren Maya al Ejército, la que extingue a la Financiera Rural, y la que le da también a la Secretaría de la Defensa Nacional el control total del espacio aéreo, y siete iniciativas más, se aprobaron nuevamente en fast-track, en procesos legislativos desaseados y apresurados en el último día del periodo ordinario de sesiones.
Nuevamente, esta aplanadora de la 4T nos hizo recordar los tiempos autoritarios y antidemocráticos de las más rancias eras priistas, a las que perteneció en su momento el hoy Presidente, y que vuelve a dinamitar también sus narrativas de cambio, de “no ser iguales”.
A reserva de lo que digan las y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a las impugnaciones que harán los partidos opositores por que en esta maratónica jornada la mayoría morenista y sus aliados se saltaron trámites legislativos sin justificación en estas iniciativas que deberán pasar al Senado para su análisis y aprobación, también en las últimas horas de periodo ordinario de sesiones, la desaparición del Insabi, es, por donde se le vea, un gran fracaso del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Es el más claro ejemplo de que lo que empieza mal, termina mal. Desde su arranque el primero de enero del 2019, se vieron las improvisaciones, la desinformación y el caos con el que inició operaciones este fallido sistema de salud.
Aunque sin duda el Seguro Popular estuvo lejos de lograr el acceso universal a los servicios de salud que se fijó como objetivo, y no estuvo exento de graves casos de corrupción, a juicio de todos los ex secretarios de Salud que manejaron ese programa, su desaparición fue un error, y más bien tuvieron que hacerse los ajustes para desterrar sus vicios y mejorar su operación.
Pero lo más grave es que, según la iniciativa, ahora todos los servicios de salud van a recaer en el Instituto Mexicano del Seguro Social, en una especie de apéndice que llamarán IMSS-Bienestar.
Además de que el IMSS está ya colapsado con sus derechohabientes, habrá que ver cómo atienden ahora a los que no lo son y qué dicen los patrones y trabajadores, que junto con el Gobierno sostienen a la más antigua institución de salud en México.
Preocupante andar de ocurrencia en ocurrencia, sin debate de por medio, en los temas que tienen que ver con la salud de los mexicanos.
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