Ideas

Trump, un fanfarrón

Así como López Obrador ofreció seis antes de tomar posesión -julio de 2018-  de sacar al ejército de las calles y acabar con la inseguridad en México, Donald Trump dijo en octubre pasado- en el preámbulo de la elección presidencial- que, “Antes incluso de llegar al despacho Oval, tendré resuelto la horrible guerra entre Rusia y Ucrania. Lo solucionaré antes de llegar a la presidencia”. Y poco después, al preguntarle nuevamente sobre el tema, insistió en que la paz “la tendría hecha en 24 horas” - o sea, el 21 de enero pasado-. Estamos a 19 de marzo y nada ha pasado, por el contrario las cosas se han complicado.

Hace una semana, el secretario de Estado Marco Rubio y Michael Waltz, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, conversaron en Arabia Saudita por poco más de cuatro horas con Andriy Yermark, jefe del gabinete ucraniano, con el ministro de Relaciones Exteriores Andrii Sybiha y  con el ministro de Defensa Rustem Umerov para encauzar el tema de la negociación de paz una vez de pasado el episodio de la emboscada que Trump y el vicepresidente JD Vance le pusieron a Volodímir Zelenski en la Casa Blanca. El siguiente paso era la conversación con Vladimir Putin, la que ayer se celebró y no hubo buenas noticias.

Durante casi tres horas la Casa Blanca y el Kremlin intercambiaron planteamientos en voces de Donald Trump y Vladimir Putin, quien acordaron un alto al fuego limitado que detendrá los ataques a la infraestructura energética de Rusia y Ucrania, pero desde Moscú hubo negación a negociar -por ahora- una suspensión más amplia de los combates de 30 días, tal y como era la propuesta norteamericana. Dicho de otra manera, muchas palabras, saludos y buenos deseos, pero los ataques en contra de civiles, ciudades y puertos ucranianos continuarán.

Las fotografías que la oficina de prensa de la Casa Blanca distribuyó y en donde se ve a Trump en la conversación de ayer, muestra a un presidente serio, no con el rostro habitual de arrogancia y prepotencia. Y es que el revés que esto representa a su imagen a nivel internacional, lo ubica en su exacta dimensión, faltando a “su palabra”, confirmando sus mentiras y ratificando que es un fanfarrón. Porque no acabo con el problema “antes de llegar a la presidencia”, ni tampoco en “24 horas” y mañana que se cumplen sus primeros dos meses en el cargo y el conflicto en lugar de solucionarse se le complica y prolonga, lo exhibe como un fantoche.

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