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Trump “que ladra, sí muerde”

Desde ningún punto de vista es posible advertir que, una vez de regreso en la Casa Blanca, con todo lo que ello significa, el presidente Donald Trump matizará sus posiciones y sus amagos hacia México y dejará de cumplir sus promesas (amenazas) de campaña que, sin duda, fueron factor para que obtuviese los votos para regresar triunfante a Washington. Dice un conocido refrán que “perro que ladra no muerde”, pero en el caso del magnate estadounidense, ya el mundo entero sabe que es un hombre al que no le tiembla la mano para llevar a término sus intimidaciones, más aún si ello le significa congraciarse y ganar adeptos entre sus gobernados. De manera tal que, en Palacio Nacional deben estar muy nerviosos, por más que Claudia Sheinbaum comunicara a través de sus redes sociales que tuvo una llamada cordial con el presidente estadounidense electo y acompañara su publicación con una imagen luciendo una extraña mueca que aparentaba una sonrisa.

De acuerdo con el reconocido periodista Armando Guzmán, corresponsal en Washington, Donald Trump le dio una entrevista por teléfono a NBC News que duró unos 15 minutos y, al cuestionarle cuál será su primera acción como presidente, respondió: “cerrar la frontera a los indocumentados y lanzar una guerra contra los narcos”.

La deportación masiva de migrantes constituyó, desde su anterior campaña presidencial, un cheque en blanco que le firmaron los estadounidenses al republicano, quien retomó la promesa de una expulsión multitudinaria de migrantes mexicanos indocumentados, y toda vez que se estima que en Estados Unidos existen poco más de 10 millones de mexicanos, de los cuales 5.1 millones viven de manera ilegal, se podría anticipar el caos, sin menoscabo de que la repercusión impactaría de manera significativa en la entrada de remesas a territorio mexicano ya que, de acuerdo con datos del Banco de México, poco más del 95% son enviadas desde Estados Unidos, particularmente de California.

En julio pasado, en una entrevista con la cadena Fox News, Donald Trump prometió “bombardear” a los cárteles mexicanos, a los que responsabiliza de los cientos de miles de muertes de jóvenes norteamericanos a causa del fentanilo.

“El problema es que México está petrificado por los cárteles porque sacarán a un presidente en dos minutos. Los cárteles dirigen México, absolutamente los bombardearemos”, dijo Trump en esa entrevista.

Para frenar el tráfico de drogas y el incremento del crimen organizado en su país, Trump prometió enviar escuadrones para eliminar a líderes del narcotráfico local. Posteriormente, informó que serían drones y aviones del ejército estadounidense los que sobrevolarían México para lanzar bombas en los laboratorios de fentanilo.

Se trata de una advertencia que la administración de Sheinbaum debería estarse tomando en serio, toda vez que el polémico multimillonario contará de nuevo con todo el poder, herramientas y recursos para llevarlo a cabo. Ante esta amenaza, en algún lugar de este planeta, no estoy seguro de que sea en “La chingada” (su finca), Andrés Manuel López Obrador no debe estar demasiado tranquilo, principalmente porque existen rumores fundados de una relación inconfesable entre cárteles de las drogas con gobiernos morenistas, entre ellos el suyo, y en algún momento a Trump se le puede olvidar que AMLO era su ‘amigou’.

Lo cierto es que el repunte de la violencia narca en México, ubicada particularmente con un incremento desbordado en Sinaloa y Guerrero, alimenta a los halcones republicanos que quieren calificar a los cárteles como organizaciones terroristas, lo que daría cobertura legal para lanzar -por ejemplo- ataques directos con drones en territorio mexicano.

“Habrá coordinación, pero sin subordinación” es una frase recurrente de Claudia Sheinbaum cuando se le cuestiona sobre la relación que tendrá su Gobierno con el de América del Norte a partir del próximo gobierno, pero otro punto en contra que parece tener la presidenta mexicana es la misoginia de su contraparte estadounidense, lo cual pone en duda un entendimiento, una empatía o una cordialidad garantizada.

La victoria de Trump pinta, igualmente, un escenario que contiene varias implicaciones negativas para la estabilidad económica y financiera de muchos Estados de la República mexicana.

La calificadora Fitch Ratings anticipa que la revisión del T-MEC puede aumentar las barreras comerciales, impactando a Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas, los cuales exportan más a Estados Unidos.

Señala que un aumento en los aranceles y políticas de importación más estrictas podrían reducir la competitividad de los productos mexicanos en el mercado estadounidense, disminuiría los ingresos fiscales derivados de la actividad económica y afectaría la recaudación del impuesto sobre la nómina.

Por el lado de la Inversión Extranjera Directa (IED) y el nearshoring, apunta que la incertidumbre política y económica por la llegada de Trump, posiblemente tenga un efecto de desaliento en Entidades que han atraído inversiones importantes del país vecino.

Martha Bárcena, ex embajadora en EU, coincide en que las promesas de campaña de Trump no son solo retórica.

“México está obligado a entenderse y trabajar tanto con el Ejecutivo como con el Congreso. Habrá que asumir que varias de las promesas de campaña de Trump no son solo retórica, sino que está dispuesto a cumplirlas. Hay cuatro asuntos de inmediata e imperativa atención.

El primero es su amenaza de cerrar la frontera el primer día de su Gobierno para mandar la señal a sus electores de que cumple y a México de que va a buscar un cambio en las reglas del juego. Aunque fuera solo un día, el impacto sería brutal porque comerciamos tres millones de dólares por minuto. El segundo es la promesa de realizar redadas masivas y deportaciones de indocumentados. Factor central en su campaña y el apoyo que recibió. Su lógica es de seguridad nacional y de racionalidad económica. Para México representa retos enormes de protección de sus nacionales y un impacto en su economía.

El tercer asunto será cómo desactivar la amenaza de imposición de aranceles de hasta un 25%, si no disminuye la migración y el tráfico de fentanilo. El siguiente punto es negociar un nuevo marco de cooperación en seguridad, para recuperar la confianza en este ámbito. Finalmente, habrá que considerar que la revisión del T-MEC se dará en este contexto. Trump ha hablado de una renegociación. Y será muy dura y difícil”, alertó la diplomática mexicana.

El célebre escritor uruguayo Mario Benedetti, escribió:

En una exacta  

foto del diario  

señor ministro  

del imposible  


vi en pleno gozo  

y en plena euforia  

y en plena risa  

su rostro simple  


seré curioso  

señor ministro  

de qué se ríe  

de qué se ríe  


Vino a mi mente este poema cuando vi la fotografía con que Claudia Sheinbaum acompañó la ya citada publicación en redes sociales y pensé: Seré curioso, Señora Presidenta, ¿de qué se ríe?

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