Trato justo para Jalisco
Fuera del Estado de México, ningún estado de este país ha recibido un trato justo, la prueba evidente de esta realidad la tenemos a la vista si observamos las condiciones de las diversas capitales estatales y en especial, la realidad que se vive al interior de esos estados. Desde la imposición del centralismo con bandera federalista, México ha desarrollado una existencia desigual e inequitativa, y las excepciones, como serían las ciudades de Guadalajara, Monterrey o Puebla, en buena medida se explican por la reproducción del centralismo federal en versión estatal.
El centralismo mexicano opresivo y uniformista hace incosteable una red de vuelos que conecten las capitales de los estados sin tener que acudir a la Ciudad de México, pero ¿para qué querría persona alguna volar de Tepic a Chilpancingo, si no existe una fuerte dinámica económica que lo demande? En el vecino país del norte las cosas son del todo distintas, por la sencilla razón de que allá el federalismo sí que ha funcionado y bastante bien, por eso las capitales, federal o estatales, no suelen ser los monstruos urbanos que en México se cocinan.
Por supuesto que Jalisco debe tener un trato justo, pero eso involucra en primer sitio a las autoridades estatales, particularmente en estos tiempos en que algunas regiones del estado parecen ya no pertenecer al mismo, o estar gobernadas por autoridades que no eligió la sociedad, al menos de manera directa, tal es el caso del sur de Jalisco donde colinda con Michoacán, o en los municipios donde colinda con Aguascalientes y Zacatecas, algo parecido sucede en los municipios del sur poniente, ¿acaso todas estas personas que sufren a diario todo tipo de vejaciones, no merecen un trato justo?
Jalisco merece un trato justo que ponga freno a la deforestación imparable e ilegal que ha convertido las sierras en paredones arbolados atrás de los cuales ya no hay más que campos rasos, un ejercicio de la justicia que obligue a las empresas contaminantes a cuidar y conservar nuestros recursos acuíferos y ambientales, una sólida postura de las autoridades que detengan la voracidad de las inmobiliarias que tienen ya copada la ribera de Chapala sin que nadie diga nada.
Es paradójico y tal vez causal, que el equipo Atlas haya elegido la glorieta de los Niños Héroes para celebrar sus triunfos, un monumento que se levantó en memoria de jóvenes que murieron por su país, y donde hoy se reclama la desaparición de miles de personas que no han tenido un país que las defienda ¿la idea es solidarizarse con las familias de las y los desaparecidos o tratar de resignificar dicho sitio? Debemos pensar que se trata de fortalecer su lucha, de mantenernos unidos con ellos para que el deporte exitoso no se convierta en el “pan y circo” que nos aliene de nuestras realidades más dramáticas, justo en un tema donde Jalisco exige con la mayor urgencia, recibir un trato justo.
Trato justo supone seguir construyendo la democracia, algo que los partidos políticos del momento han dejado por completo de lado, en el mejor de los casos se preocupan por administrar bien los municipios, sin que ello incluya una permanente educación cívica en aras de una genuina democracia.
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