Ideas

Toy Story 4

En 1995 Pixar entregaba la primera de una de sus obras maestras: Toy Story. La historia donde Woody, un vaquero de juguete sufre ante el desplazamiento que implica la llegada de un intrépido hombre del espacio (Buzz Lightyear), fue la irrupción de la mejor empresa de animación digital, que es ya un modelo empresarial a seguir. Fue la primera visión de un inminente futuro. Cada una de las películas de Pixar golpea a la animación tradicional, la que se hace a mano, con la participación un ejército de ilustradores que cada día se enfrentaba al propio anacronismo artesanal. De hecho, Disney da por terminada ese tipo de animación en el 2013. Mientras los personajes creados a través de la computadora son los nuevos referentes del imaginario infantil: los monstruos, carros, superhéroes y hasta nuestro día de muertos convocan a millones de espectadores. Sin embargo, el vaquero y el astronauta siguen definiendo las aventuras de Buzz y Woody a nuestra infancia y, sobre todo, crea un vínculo muy especial con los juguetes. Los niños que fueron al cine hace 24 años y que aún se emocionan ante la secuencia del grupo de juguetes que atraviesa una calle para rescatar a uno de los suyos, hoy tienen varias posibilidades: llevar a sus propios hijos a la sala de cine, reconocer a los personajes que lo encantaron hace dos décadas y redescubrir una la melancólica nostalgia. En muchos sentidos encontramos distintos reflejos en un espejo llamado tiempo, ubicado en una patria llamada infancia. De hecho, la cuarta entrega de Toy Story apuesta por la nostalgia, no solo es una película que describe el valor de la amistad y la búsqueda de compañía, también es una obra con demasiadas referencias cinéfilas, destaca, por supuesto, ET el Extraterrestre de Steven Spielberg, quizás el cineasta más importante de estos años, el mejor narrador de esa aventura que puede ser la infancia.

Fotograma de la película. ESPECIAL

Los resultados del primer fin de semana confirman la calidad de Pixar y la fuerza económica de Disney, 2019 es un año de ensueño para ese corporativo. Aunque en una evaluación rigurosa, esta entrega no tiene la maestría de los relatos previos, tiene un universo sentimental que pocas películas propician. Además, hay un par de diamantes: Bunny y Ducky, dos menospreciados juguetes de feria, dotados de una imaginación contestaría e incendiaria. Toy Story 4 es la película de los juguetes rebeldes.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando