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Toxitour en el Santiago

Los altos niveles de contaminación del Río Santiago fueron exhibidos otra vez con el llamado “Toxitour México”, una caravana de organizaciones ambientales y científicas nacionales y extranjeras que recorrió entre el 2 y el 11 de diciembre las zonas más contaminadas del País.

Por su gravedad, el recorrido inició justo en El Salto y Juanacatlán, para ver el ecocidio en este cuerpo de agua, y continuó en Dolores Hidalgo, Guanajuato; Apaxco, Estado de México; Tlaxcala, Puebla, Coatzacoalcos y la Ciudad de México.

Además de las graves revelaciones como el hecho que en los últimos años mil 293 personas han fallecido por enfermedades atribuidas a la contaminación del Río Santiago, como el cáncer o insuficiencias renales, documentadas por la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales de México, se insistió en lo que siempre hemos tenido a la vista como son las descargas que hacen empresas mexicanas y trasnacionales. Pero no sólo eso. Ahora los activistas advirtieron también sobre prácticas de explotación laboral e incluso de exclusión nacional en esas industrias, que incluirán en su reporte final.

Estos efectos se han denunciado desde hace más de una década sin que ninguna autoridad detenga este desastre ambiental.

Está ahí el emblemático caso de la muerte del niño Miguel Ángel López Rocha, en febrero de 2008, días después de caer a las contaminadas aguas del Río Santiago, “por falla orgánica múltiple e intoxicación aguda por arsénico”.

Hace 11 años, la muerte de este menor visibilizó como nunca los altos niveles de contaminación que crecían desde muchos años antes, y disparó la macro recomendación que emitió la Comisión Estatal de Derechos Humanos. La constituían más de 200 acciones que recomendaban a 14 alcaldes, al gobierno estatal, a la Comisión Estatal del Agua y al SIAPA. Su publicación provocó una fugaz activación de medidas de éstas y otras instancias de gobierno, incluso de la Federación, que nunca tuvieron el seguimiento ni la supervisión necesaria para detener la degradación continua del río.

Esto lo constataron los observadores del “Toxitour” al pie de la cascada del Río Santiago, donde sufrieron en carne propia los fétidos olores que impregnan la atmósfera de esa zona y la fuerte presencia de moscos que padecen a diario en las comunidades que viven en torno al río.

Quedó claro así que muy poco se ha avanzado en materia de saneamiento en el primer año de la nueva adminsitración federal y estatal. Habrá que recordar que, al día siguiente de su toma de protesta como gobernador, Enrique Alfaro acudió al Río Santiago para anuncuar una serie de acciones para tratar de detener su degradación y buscar su recuperación.

Sexenios van y sexenios vienen y el saneamiento del Río Santiago sólo queda en promesa, ojalá esta vez cambié la historia. Las conclusiones del “Toxitour” bien pueden ayudar a relanzar con mayor fuerza las acciones gubernamentales para frenar este ecocidio y revitalizar y articular mejor también las voces que desde la sociedad civil organizada luchan desde hace años por esta causa.

jbarrera4r@gmail.com

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