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Tolito y sus penas electorales o el forzoso estreñimiento

Resulta un crimen de lesa humanidad vivir en nuestro amado país y que en periodo de campañas no te invite alguno de los cien mil candidatos, oficiales y ganosos, a hacer bola en alguno de los múltiples eventos que con este propósito se celebran, siendo explicable que una vez electos ya no te inviten. Pero en campaña casi no hay modo de no ser invitados y claro que me refiero a que te inviten los que puedan ganar, los que no, nada más están para hacer el juego y se dan por ganar lo que les dan para la campaña, que no es poco.

Claudita, que según las encuestas está como favorita, se enfadó de hacer campaña y, ¿qué creen?, prefirió el amor, o sea que cambió el bastón de mando que le regalara -siguiendo la voz del pueblo- el señor Presidente, pero la candidata eligió las lides del amor y cambió el bastón por el tálamo nupcial que celebró con Dulces Nombres (el marido nuevo se llama Jesús María, o sea, los dulces nombres) y como lo haría cualquier gente normal, prefirió los placeres nupciales a los mandos oficiales. Como consecuencia, no invitan al tío Tolito ni a unos ni a otros eventos, por lo que se aguanta sin camión para transporte, ni billete ni lunch.

Expulsado del paraíso, decidió apoyar a la que aparentemente va en segundo lugar de las encuestas, de la que el tío esperaba cuando menos un par de gelatinas, pero ni eso hubo, no hubo ni transporte ni billete ni lunch, pero sí ataques contra el actual régimen, el que escogió a Claudita, no por dedazo sino escuchando al pueblo. Lo que sí hubo, pero no le tocó al tío, fue un libro que repartieron a algunos, obra de Xavier González el décimo, titulado Cómo perder amigos y crearse enemistades, con prólogo de Alito y de Marco. Pero no le tocó, tan solo lo vio pasar, aunque a diferencia de los otros, uno de la avanzada sí le habló, de lo que el tío estaba orgulloso y cuando lo presumió a su dulce cónyuge, esta preguntó qué le habían dicho, Tolito contestó: “Quítate, animal”, con lo que quedó probado que en política vale más ser insultado que ignorado.

Como consecuencia de su experiencia electoral y desilusionado porque él, con su actuar, esperaba no una senaduría pero sí alguna diputación, para lo que no se requiere inteligencia sino cobrar y levantar la mano, o una regiduría de oposición si no en la capital del estado, sí en un municipio metropolitano, digamos algo así como la villa casera, para lo que se requiere estar de acuerdo con jamás ganar una votación salvo que sea en apoyo del partido del presidente y soñar, si le metes ganas, con que alguien crea que eres influyente y para ser positivo, aprender las bellas estrofas de nuestro bello himno nacional y poder dormirse con los ojos abiertos.

@enrigue_zuloaga

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