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Tolerancia cero, al abuso de poder

El mismo día que el gobernador se va de gira, porque considera que supervisar obras y subir videos de lo bueno que es su gobierno es una actividad esencial, nos regaña a los jaliscienses por haber relajado las medidas de aislamiento social y advierte que habrá tolerancia cero para quien incumpla con las medidas en la etapa de regreso al trabajo. Ese mismo día nos enteramos de que un joven fue asesinado por policías municipales por el terrible delito de no ponerse un cubrebocas.

Fue el 4 de mayo pasado en Ixtlahuacán de los Membrillos, dentro del área conurbada de Guadalajara. Giovanni estaba en la calle sin cubrebocas y la Policía municipal lo detuvo por ello. Aprovechando la indicación del gobierno de que se detuviera a todo aquel que pusiera resistencia a la autoridad, cinco agentes y el propio comandante de la Policía municipal, según se aprecia en el video, detienen con exceso de fuerza al joven. Cuando le preguntan por qué se lo llevan, la respuesta del comandante es “nos ofendió”. La tía relata que ella misma habló con el presidente municipal, Eduardo Cervantes, y que éste le dijo que no se preocupara, que al día siguiente estaría libre. Cuando fueron a reclamarlo les avisaron que había sido trasladado al Hospital Civil de Guadalajara. Ahí lo encontraron muerto, con un balazo en un pie, golpeado y torturado. La autopsia dice que falleció por una trauma craneoencefálico, es decir, un terrible golpe en la cabeza. Ayer, un mes después, los familiares decidieron dar a conocer el video y denunciaron los hechos.

Un joven fue asesinado por policías municipales por el terrible delito de no ponerse un cubrebocas

Entendiendo la dificultad de las autoridades para hacer que la gente reduzca su movilidad y se quede en casa, la tolerancia cero debe ser para el abuso de poder y para quien comete delitos, no para el ciudadano que sale a la calle sin cubrebocas o para quien, incorrecta pero no malintencionadamente, sale a buscar el pan. Solo la forma de detención que vemos en el video amerita que los policías sean regresados a entrenamiento y capacitación en Derechos Humanos. Pero el asesinato merece, en tanto se establecen responsabilidades penales, la destitución inmediata del comandante y que se llame a cuentas al presidente municipal que, de acuerdo con los familiares, les ofreció 200 mil pesos por no dar a conocer el video.

Se entiende la desesperación de las autoridades, pero su chamba es protegernos a los ciudadanos, no protegerse políticamente. Al haber convertido el manejo de la pandemia en parte de su campaña para recuperar simpatías y presencia nacional, el gobierno de Alfaro perdió el foco. Tolerancia cero sí, pero ante los abusos de poder, no contra los ciudadanos.

(diego.petersen@informador.com.mx)

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