Todo de un jalón…
Sin anuncio de por medio, los diputados y las diputadas de Jalisco convocaron la noche del lunes a una reunión de la Junta de Coordinación Política. Y después de una sesión extraordinaria durante la madrugada del martes se aprobaron tres temas: eligieron a los presidentes, secretarios y vocales de las 20 comisiones legislativas permanentes, se autorizó la glosa para la asistencia de los secretarios del Gabinete estatal después del Sexto Informe de Gobierno y se ratificó como secretario general del Congreso a Eduardo Martínez Lomelí. ¿Por qué todo de un jalón?
Aún nadie lo explica, porque si bien ya se vencían los tiempos, tampoco había necesidad de hacerlo después de la medianoche.
¡Ya se les está haciendo costumbre en el Legislativo!
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Sobre las comisiones legislativas, las más importantes, como era de esperarse y conforme con la Ley Orgánica del Congreso, se las repartieron las dos principales fracciones: Movimiento Ciudadano y Morena, con cinco cada partido.
Las tres comisiones más influyentes son las siguientes: Hacienda y Presupuestos, que presidirá la diputada Gaby Cárdenas, de MC. Puntos Constitucionales y Electorales, que será presidida por Norma López Ramírez, de Morena (quien llegó al Congreso, por cierto, en lugar de Cecilia Márquez). Y la de Vigilancia y Sistema Anticorrupción, que tendrá como presidente nada menos que a Alberto Alfaro, también de Morena y de Tlaquepaque, con una reputación que siempre se ha presentado entre signos de interrogación.
En otras comisiones también importantes dentro de la estructura de poder en el Congreso, la de Responsabilidades será presidida por la panista Claudia Murguía y la de Estudios Legislativos y Reglamentos quedó bajo la dirección de otra morenista, Brenda Guadalupe Carrera.
No está de más decirlo: hubo varios inconformes.
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A propósito del Congreso, de primerísima mano nos enteramos que la fracción de Morena se opuso a que en el Poder Legislativo continuara una regla muy singular y ventajosa: con la aprobación de un diputado, un trabajador de base podía justificar su ausencia durante cinco días consecutivos, sin explicar el motivo y de manera ininterrumpida. ¿Qué tal?
En otras palabras, podían faltar de lunes a viernes y, claro, descansar sábado y domingo. Y así, durante las 52 semanas del año. Bastaba con presentar el documento avalado. Naturalmente, siempre con goce de sueldo. ¡Se pasan!
Nos dicen que Morena exigió una explicación y también un estudio puntual de la nómina y los privilegiados. ¿Lo harán público?