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¡Toda una encrucijada!

Vaya predicamento -toda una encrucijada- en que se encuentran los ciudadanos norteamericanos. En la antesala de la elección presidencial -5 de noviembre- se encuentran ante dos candidatos que no llenan con plenitud los amplios requisitos de estar al frente del país más poderoso del mundo. Por un lado, el presidente Joe Biden quien ya pasó por la cúspide de sus capacidades físicas y mentales asomándose al ocaso y enfrente, el expresidente Donald Trump, que más que una esperanza se le ve como una amenaza.

Ayer, Biden -a quien ayer 14 legisladores demócratas le pidieron oficialmente se retire de la nominación- durante un evento de apoyo a Ucrania por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que se celebra su 75 aniversario en Washington, Biden dio una demostración de su “condición” cuando llamó “presidente Putin” al presidente Volodymyr Zelensky, mientras que el influyente diario The New York Times en su editorial principal calificó a Trump como un “peligrosos en palabra, hecho y acción. Se pone por encima del país. Odia las leyes por las que vivimos. No es apto para liderar”. Y agrega el diario neoyorquino que el expresidente “ha mostrado un carácter indigno de las responsabilidades de la presidencia. Ha demostrado una total falta de respeto por la Constitución, el Estado de derecho y el pueblo estadounidense. En lugar de una visión convincente para el futuro del país, Trump está animado por una sed de poder político: usar las palancas del gobierno para promover sus intereses, satisfacer sus impulsos y exigir represalias contra aquellos que cree que le han hecho daño. Sencillamente, no es apto para liderar”.

En esta coyuntura se encuentra el votante del país vecino a 117 días de la elección.

Y como corolario de una jornada llena de dudas e incógnitas sobre quién puede o debe llegar a la presidencia de Estados Unidos, Biden celebró ayer su conferencia de prensa sin prompter -apuntador electrónico-, donde “puso el pecho” a los cuestionamientos sobre sus condiciones físicas y mentales. Ayer, contrario a lo que sucedió en el debate o en la entrevista con la cadena de televisión ABC, se mostró coherente, en control de sus ideas y respuestas, además de firme en su posición de continuar adelante con la intención de reelegirse. “I’m just gonna keep moving (Voy a seguir moviéndome)” y reitero que “soy la persona más calificada”.

Biden defendió la integración con la OTAN y recordó cómo “Trump no tuvo obligación” con la organización. “Una OTAN fuerte es esencial, porque el mundo está más seguro”.

Con el desempeño de Biden ayer por la noche pudo haber “medio calmado las aguas” temporalmente sobre las inquietudes sobre su capacidad para continuar con la intención de reelegirse, aunque dejó abierta la posibilidad ante una postura contraria que se tome en la convención el 19 de agosto, y una cosa importante, calificó a Kamala Harris, la vicepresidenta, de quien se habla para tomar su lugar, que “es una persona calificada para ser presidente, por eso la escogí”. Sin embargo, es obvio que el presidente “ya no es el mismo” -como dijo el actor Gorge Clooney un día antes- y que cuatro años más en el cargo pudieran ser una desagradable experiencia, como lo es también una segunda llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. ¡Toda una encrucijada!

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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