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Tocó a Jalisco el narco desafío del día

Cuando no es en Michoacán, es en Guanajuato, en Tamaulipas, en Chihuahua, en Chiapas, en Guerrero o ya hasta en la Ciudad de México. Por eso los alardes de poder de las bandas del crimen organizado que imponen su ley en cada vez más territorios del país asomaron la noche del martes por enésima ocasión en territorio jalisciense. 

Además de los cada vez más frecuentes sobresaltos de violencia en la zona de Los Altos, en especial en el castigado municipio de Teocaltiche, donde atacaron a policías estatales, antenoche también las milicias de las mafias actuaron en la zona metropolitana, casi en el primer cuadro de la cabecera municipal de Tlajomulco.

Ahí se dieron tiempo de hacer un sendero minado con explosivos de fabricación casera para emboscar y matar a seis policías municipales, agentes de la Fiscalía estatal y vecinos de la zona, y herir a 14 más. 

Como ocurrió el 29 de junio en la comunidad Sauz Villaseñor, del municipio de Celaya, donde los sicarios reportaron un auto abandonado, que en realidad era un coche bomba que estalló lesionando a cinco elementos de la Guardia Nacional que acudieron al servicio, en Jalisco lo habían intentado al menos en dos ocasiones previas. Una la semana pasada en Teocaltiche, donde también dejaron un coche bomba luego un enfrentamiento entre bandas delictivas rivales. Era una trampa que por fortuna detectaron elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Antes, en marzo pasado, un artefacto explosivo detonó cuando policías municipales de Tonalá inspeccionaban un vehículo varado en la Autopista a Zapotlanejo.

Así tocó a Jalisco el narco desafío del día. Como esta semana tocó también en Chilpancingo, Guerrero, donde los grupos de la delincuencia organizada secuestraron a personal y funcionarios de seguridad pública, como lo hicieron también la semana pasada en Chiapas.

Al menos ayer el Presidente no soltó su mal chiste de que acusaría a los responsables con sus padres y abuelos, pero sólo atinó a decir que como el ataque en Tlajomulco había ocurrido la noche del martes, hasta la mañanera de hoy se pronunciaría al respecto. Poca empatía con las víctimas de las desapariciones mostró, en tanto, el Gobierno estatal, que suspendió nuevas búsquedas al atribuir a una llamada falsa de detección de una fosa clandestina, la trampa que pusieron a policías y agentes. Cosa que irritó a distintos grupos de madres buscadoras.

Así, mientras el país arde en llamas, en la mañanera presidencial la prioridad sigue siendo la grilla. Seguro porque es menos comprometedor hablar de sus adversarios políticos y pedir auditorías a las empresas de Xóchitl Gálvez, que del grave problema de la infiltración delincuencial en las fuerzas castrenses y corporaciones policiales federales, estatales y municipales, que nada han hecho para parar el empoderamiento del crimen organizado en México.

Habrá que ver qué dice hoy López Obrador desde su mañanera de este ataque inédito en Tlajomulco, hasta al que llegaron a tomar nota agentes estadounidenses escoltados desde helicópteros de la Marina, que seguramente, incrementarán los reclamos que desde el vecino país del Norte le hacen al Gobierno mexicano por los nulos resultados en su lucha antinarco.

jbarrera4r@gmail.com

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