Tiro cantado
Varias reacciones suscitó Alberto Esquer, secretario de Asistencia Social, al destapar y respaldar a Salvador Zamora como suspirante para la gubernatura de Jalisco.
Los enterados dicen que la gran duda es si Esquer actuó solo o por órdenes de Casa Jalisco, en específico Hugo Luna, jefe de gabinete del Gobierno del Estado.
La lectura es que Esquer abrió sus cartas demasiado temprano y para los afines a Pablo Lemus, un innegable tirador a gobernador, esto es un tiro cantado y habrá consecuencias. Y eso que estamos a tres años del 2024.
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Si alguien anda apurado por el hermetismo con el que opera el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) es el magistrado Juan Luis González Montiel, pues ya le encontró la cuadratura al círculo y consideró que la falta de personal es la causa de la poca difusión y transparencia en el actuar del polémico TJA.
Según el juzgador, hacen un gran esfuerzo para arreglárselas con los elementos que tienen. La incógnita que persiste es cuánta nómina requieren para que, por ejemplo, cumplan con hacer públicas sus resoluciones.
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Aunque usted no lo crea, en el Congreso estatal no aplicarán el puente por los festejos de Independencia, al menos oficialmente.
Para este viernes, se convocó a reunión de trabajo de la Comisión de Administración,; eso sí, por la vía virtual para que los legisladores integrantes puedan enlazarse desde donde anden honrando a la patria.
Muy lejanos quedaron ya los grandes festejos que se organizaban en pasadas Legislaturas, en los que había animadas noches mexicanas donde corrían abundantemente las bebidas espirituosas para recordar a los héroes que nos dieron patria.
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No cabe duda que en la política todo tiene límite y peor si hablamos de la congruencia.
En las sesiones del Congreso del martes, la diputada ex priista, hoy de Morena, Mariana Fernández, estuvo desgarrándose las vestiduras y gritando que el Congreso merecía juicio político por la forma en cómo descarrilaron a un magistrado del Tribunal Administrativo ligado a la UdeG.
Sin embargo, en la siguiente sesión, en la que se votaría dejar sin cargos cuentas públicas de sus ex compañeros de gobierno, salió casi corriendo y sin hacer ruido.