Terminaron las vacaciones de Lemus
Hoy Pablo Lemus se baja del avión y se sienta en su despacho de gobernador electo con una tarea: cuidar que la única “bronceada” que reciba sea la del sol vacacional.
Lemus debe atravesar un largo túnel de cinco meses hasta su toma de posesión el seis de diciembre. En ese tramo, lo acechan desde la sombras seis peligros que no enfrentaron otros gobernadores.
1. Un congreso local sin mayoría. Saquemos el ábaco: hay 38 diputados. Morena y sus aliados tienen 19; Movimiento Ciudadano, 11; el PAN, cinco, y el PRI, tres.
Pablo requiere mayoría absoluta (la mitad más uno) para aprobar el presupuesto estatal (20). Si pacta con el PRIAN alcanza 19 votos. Necesita uno más de la megacoalición.
En cambio, con mayoría absoluta, la oposición puede obligar a un secretario de estado a comparecer, algo que nunca ocurrió en este sexenio con mayoría emecista.
La complicación aumenta cuando se trata de nombramientos y cambios a la Carta Magna local que requiere mayoría calificada (dos terceras partes de los votos). Por allí pasa la designación del fiscal, contralor y magistrados, hoy todos “cuotas y cuates” del gobernador.
2. Hay un conflicto poselectoral que se dirime en tribunales. Pablo logró un triunfo cerrado de cinco puntos (alrededor de 190 mil votos). Lejos del “doble dígito” o los “20 puntos” que presumió la noche de la elección. Por ejemplo, Alfaro ganó con 15 puntos en 2018.
Este final de fotografía hace más vulnerable la legitimidad del gobernador electo ante los embates morenistas desde la Ciudad de México. Hay una ruta jurídico-electoral, pero también un diferendo político de un grupo nacional frente a uno local. Esa tensión se traduce en desgaste.
3. Para sacudirse la sombra de Alfaro, Lemus necesita un gabinete de su confianza. Es un político celoso de sus espacios. En Guadalajara, cuando le impusieron a Lalo Lomelí, modificó el organigrama para restarle atribuciones como secretario general y dárselas a Rafael Martínez.
Además de los alfaristas hay una larga lista de emecistas perdedores de la elección (Sergio Barrera, Manuel Herrera, Mirza Flores, Alberto Esquer, Juan Carlos Márquez, Jesús Cabrera, et al). La demanda de espacios y cuotas llegarán pronto al escritorio del gobernador electo.
4. Sin certidumbre en los aspectos anteriores, Lemus tendrá más dificultades para decidir el presupuesto para su primer año de gobierno. El paquete presupuestal debe entregarse a más tardar el primero de noviembre, pero comienza a construirse desde septiembre.
Hay “bombas” inevitables. Una, destinar dinero a la “verificación gratis” -propuesta que irritó al gobernador actual. Ese sería un crucial desmarque político del alfarismo. Pero, ¿con qué libertad decides tu programa de gobierno sin alianzas consolidadas y sin un equipo propio?
Lemus es un hábil negociador y operador político. Conoce muy bien los niveles de “bronceado” necesarios para gobernar. No ganará todas las canicas, pero tiene que buscar quedarse con las más que pueda.