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Temaca y el Zapotillo: bravo por Enrique Alfaro, bravo por Andrés López

Disculpen la presunción, pero en el arreglo del problemón de el Zapotillo se sugirió aquí hace tres años: arreglarlo con diques. Ahora esa parece ser la salida de este grave y prolongado laberinto. Y no nos equivoquemos: Temaca, Acasico y Palmarejo y Flamacordis son más importantes que la presa. Así también se afirmó en esta columna desde hace cinco años.

¿Por qué los diques son la solución más adecuada al problema? Porque con su uso no solamente se salvarán los cuatro elementos inapreciables. Además, con el agua pegada a ellos los pueblos florecerán en su economía, en su turismo, en su valía intrínseca de patrimonios fundamentales para Jalisco.

El acuerdo tuvo muchas dificultades porque el asunto se politizó gravemente y muchos listillos grillaron para sacarle raja política a la presa. Se amarraron incontables navajas.

Ahora sabemos que para los Altos y Guadalajara se destinarán 74% de los caudales de la presa. El restante 26% será para León y su pujante industria. Sabia y salomónica decisión del Peje, en acuerdo con el gobernador Enrique Alfaro.

Volvamos a repetirlo, LA MITAD de la población holandesa vive abajo del nivel del mar gracias a los diques. Ahora falta una delegación, estatal y federal para que vaya a Holanda y aprenda cómo le hacen ellos.

Pocas noticias han sido tan gratas últimamente. ¡Viva Temaca!

Por otro lado, es más que necesario arreglar ya el bronconón de la Villa Panamericana (así se llama y no “Villas Panamericanas”). ¿Cuál es la solución? Dejar habitar la villa con las siguientes condiciones: comprar los terrenos de alrededor como zonas de donación. No volver a permitir estas agresiones al bosque de la Primavera (y no “Bosque la Primavera”). Actualizar rigurosamente los planes estratégicos y parciales, realizados por José Pliego QEPD, para garantizar lo anterior.

Tirar a la basura mil doscientos millones de pesos, demoliendo la Villa, en un país pobre, no es opción. Ya se oyen las críticas para esta postura. Nomás falta que Alfaro se faje inteligentemente el asunto y pague los costos políticos de esta postura. Nomás falta que Juan José Frangie haga lo mismo. Y todos contentos.

jpalomar@informador.com.mx

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