Su talla y boxeo predecible derrotaron a Valdez
Su mejor esquina del mundo debió explicarle que no podría competir en súperpluma, que en esa división el castigo sería severo, daría ventajas por su talla. Quién sabe qué se imaginaron, que ganarían mucho dinero copiando el estilo de Saúl "Canelo" Álvarez, el que por cierto no dio resultado a ninguno de los boxeadores que creyeron habían encontrado la mina de oro en esa sala de entrenamientos.
Óscar Valdez le tuvo pues fe a su esquina, adoptó ese estilo acartonado que mantuvo en la división de las 130 libras, también comprobó que no le alcanzaría con las cualidades que le dotó la madre naturaleza. Lo estropearían. Pero la dupla continuó con su ambicioso proyecto, con exámenes que aprobó con la mínima calificación, o ayudado por los jueces.
Y "Vaquero". Vaya entusiasmo debieron sentir al confirmarse que disputarían el campeonato mundial súperpluma OMB ante Emanuel Navarrete. Estaban ciertos que con estatura, alcance y estilo predecible, ganarían.
Nacho Silva, el mejor entrenador de boxeo que ha dado Jalisco, experto, detenía los impulsos de sus alumnos que querían enfrentamientos en los que otorgarían facilidades, derrota anunciada, y con posibles hechos que lamentar. Cuidó a sus boxeadores.
Es lo que no hizo la esquina de Óscar Valdez, convencerlo que con "Vaquero" no, que tendría sólo alguna posibilidad mientras se mantuviera en la vertical. Comentario decisivo para que el sonorense hubiera preparado sus maletas y con otro entrenador cobrar la bolsa.
Saúl "Canelo" Álvarez con sus cualidades, solito ha ganado y perdido las peleas, su esquina es mero ornato.
El boxeo es un negocio, enorme despliegue publicitario para el compromiso "Vaquero"-Valdez, celebrado el sábado en la Desert Diamond Arena de Glendale, Arizona. Los aficionados mexicanos, los más, tenían como favorito al de San Juan Zitlaltepec, quien en el frente a frente en el ring, empezó a ganar la pelea por su corpulencia. Lo demás ya lo presagiaba el público nacional, Valdez fue predecible, recibió castigo que deja secuelas, encuentro que pudo tener hecho que lamentar, por enésima vez se observó que su esquina es decoración, y aún se trate de un empleado, lo que estaba presenciando era el pasaporte a la muerte, debió detener la pelea desequilibrada que fue de un solo lado, adelantarse al complaciente médico de ring. 119-109 en nuestra tarjeta para el campeón.
Y hay quienes hablan de revancha, dizque porque fue una gran pelea, le llamaron guerra. Qué disparate... Y por ahí estaré atisbando.