Stutz (I)
Hace mucho no veía un documental que me hiciera reflexionar tanto como “Stutz”, de Jonah Hill. El comediante decide compartir las lecciones más valiosas del psiquiatra, autor y terapeuta estadounidense Phil Stutz. Intenté resumir las lecciones del documental en un solo artículo, pero hacer eso implicaría sacrificar mensajes valiosos. Es por esto que decidí que este y mi próximo escrito traten sobre el documental. Espero que leer y reflexionar sobre los mensajes de Stutz les de un enfoque de paz como me lo dio a mí.
Comienza por explicar el concepto de la fuerza vital. La fuerza vital es un concepto que nos apoya al momento de descubrir quiénes somos y lo que debemos hacer con nuestras vidas. Nuestra fuerza vital se divide en una pirámide compuesta por tres niveles: en un primer lugar está la relación que tenemos con nuestros cuerpos. Stutz apunta que el 85% de nuestros problemas se pueden resolver a través del movimiento corporal, una dieta apropiada y suficientes horas de sueño. En un segundo nivel se encuentra nuestra forma de relacionarnos con los demás. Nuestras relaciones interpersonales nos alejan o nos permiten acercarnos a nuestras propias vidas. Finalmente, en el tercer nivel está la relación que tenemos con nosotros mismos. Entablar una relación sana con nosotros mismos es vital para poder apreciar la vida, para apreciarnos, aceptarnos y conciliarnos.
Stutz considera que si bien no podemos erradicar los pensamientos negativos que se vienen a nuestras mentes, sí podemos encontrar la forma de lidiar con ellos de una manera más práctica. Nuestra parte sentenciosa, nuestros miedos y nuestras angustias crean una nube que denomina la parte “X”. Esta parte se presenta como la voz de la imposibilidad y es el villano de nuestras historias. Se manifiesta en tres aspectos de la realidad: el dolor, la incertidumbre y el trabajo constante. Estos son constantes con los que todos debemos aprender a vivir.
Todos necesitamos ayuda para seguir avanzando y Stutz ve los fracasos y la vulnerabilidad como un conector con el mundo que nos recuerda que no podemos hacer todo solos.
Para Stutz, una herramienta es un ejercicio práctico que debemos utilizar para lidiar con nuestros problemas cotidianos. La primera herramienta que presenta es imaginarnos nuestras vidas como un collar de perlas. Cada perla representa una acción con el mismo valor. Al ir sumando las perlas a través de las acciones que tomamos, empezaremos a vernos a nosotros mismos en términos de los hábitos con los que actuamos. Esto nos permitirá moldear una identidad fuerte e irá delineando nuestro camino.
La máxima expresión creativa para un ser humano es poder crear algo nuevo frente a la adversidad, y mientras mayor es la adversidad también es mayor la oportunidad de crecimiento.