Stonehenge: la Europa del Neolítico
Stonehenge, uno de los monumentos más impresionantes de Gran Bretaña, es un enorme círculo megalítico que se construyó en los llanos de Salisbury (Wiltshire, Inglaterra) por la misma época que la Esfinge y la pirámide de Giza en Egipto: hace unos cinco mil años. Entre el quinto y el cuarto milenio se erigieron monumentos similares en la Europa continental y las islas británicas; se calcula que son unos 1 300 los que aún subsisten. Alrededor de esa construcción prehistórica (aunque no físicamente, claro) el Museo Británico de Londres acaba de inaugurar el 17 de febrero una gran exposición titulada El mundo de Stonehenge,* que permanecerá abierta hasta julio.
Como la mayor parte de los vestigios de tal antigüedad, Stonehenge ha intrigado a cuantos lo han visto a lo largo de los siglos. El autor medieval Godofredo de Monmouth (siglo XI) cuenta que fue el mago Merlín quien transportó y colocó esas piedras. Son rocas volcánicas que provienen de los montes Preseli, en Gales, a unos doscientos kilómetros de su lugar de destino; se calcula que para hacerlas llegar hasta ahí el viaje debe haber tomado entre cinco y diez semanas.
Como la prehistoria suele verse como un gran bloque mudo, se olvida que duró mucho tiempo y fue cambiando a lo largo de él. Sigue pareciendo (y siendo) muy misterioso, pero los investigadores de las últimas décadas, gracias a las nuevas herramientas científicas, han avanzado mucho en su conocimiento y, en la exposición, han reunido piezas venidas de distintos países europeos que ilustran hasta donde es hoy posible ese mundo, que no era estático. Por ejemplo, se ha comprobado la conexión entre diversas regiones, algunas muy alejadas entre sí, pues de la Europa continental a la mayor de las islas británicas se podía transitar a pie, con lo cual se dio un intercambio constante e intenso de personas, animales, creencias, artefactos y conocimientos. De eso se trata la exposición del Museo Británico, de los cambios a lo largo de milenios: el culto dominante del Sol, la introducción de la agricultura, el comienzo del trabajo de los metales, el paso gradual de lo comunitario a lo familiar y lo individual, la violencia y los conflictos. El mismo Stonehenge presenta cambios que se dieron en el transcurso de alrededor de mil quinientos años.
En Stonehenge, el eje de los trilitos que están al centro marca la posición de la salida del sol en el solsticio de verano y de la puesta del sol en el de invierno. Y el sol es el elemento más socorrido en buena parte de las piezas expuestas. Sobresale entre ellos el llamado Disco Celeste de Nebra,** procedente del norte de Alemania y manufacturado unos mil seiscientos años antes de Cristo con bronce y oro (la pátina del bronce lo hace ver azul). Muestra el sol, la luna y la constelación de las Pléyades, así como los puntos de los solsticios de verano e invierno. Pero el astro rey aparece también en magníficas piezas de joyería, tallas de piedra, vasijas y otros muchos de los objetos de la exposición.
*https://www.britishmuseum.org/exhibitions/world-stonehenge
**https://es.wikipedia.org/wiki/Disco_celeste_de_Nebra