Solidaridad
El planeta Tierra está habitado por siete mil 200 millones de seres humanos, desde los primeros tiempos ha resultado verdaderamente admirable las diferencias que se presentaron entre los antiguos habitantes que la historia consigna hasta nuestro días, tiempos en los que la inmensa cantidad de personas cohabitamos a pesar de las enormes diferencias culturales, sociales, religiosas, económicas, físicas, y por supuesto de lenguaje, diferencias que en teoría no deberían ser obstáculo para convivir en paz y armónicamente.
Desde los primeros tiempos y a pesar de los fenómenos evolutivos entre los seres humanos han existido y siguen existiendo comunes denominadores que en teoría deberían identificarnos para acercarnos y así poder convivir en armonía con independencia a dichas diferencias. La terca realidad contradice esta posibilidad de identificación; sirva de ejemplo los permanentes conflictos entre naciones, entre grupos y entre individuo e individuo.
En los tiempos que corren pareciere ser que la distancia a la convivencia armónica en forma global se hace cada vez mayor, son muchos los factores que provocan abismales diferencias entre las naciones, entre los pueblos, entre las comunidades, grandes o pequeñas, incluso de persona a persona.
Existe en el vocabulario universal una palabra que sería la llave para aspirar a intereses comunes en beneficio de todos, esa palabra cuyo significado resulta fácil de comprender se llama SOLIDARIDAD, la entenderemos cuando sepamos que es un sentimiento de unidad basado en intereses comunes.
Con motivo de la justa mundialista de futbol se llevó a cabo un concurso para escoger la mejor fotografía, ya sea dentro o fuera de las canchas. En esta ocasión la ganadora ha sido una fotografía que registra cómo un grupo de jóvenes asistentes a un concierto musical levantan en vilo a un compañero que en silla de ruedas le era imposible admirar el concierto. La fotografía fue bautizada con una sola palabra: SOLIDARIDAD. En ella aparecen jóvenes de todos los países -por cierto, entre ellos un mexicano-.
La fotografía es una invitación a meditar de dónde, por qué y cuándo nace la solidaridad. Sabemos que su análisis y promoción pertenece a la sociología, sabemos que neurológicamente existe una sustancia, la oxitocina, que al generarse provoca un estado de alegría de íntima satisfacción, sabemos que actos de ayuda a una persona, o a grupo de personas dan lugar a la producción de la oxitocina Vgr, el apoyo a una persona o grupo de personas en condiciones vulnerables. Lo que parece un deseo inalcanzable, utópico, irrealizable es que existan métodos, naturales o artificiales que hagan vivir “oxitocinados” a todos los habitantes del planeta, invoquemos, para tal efecto, la extraña infinitud de la condición humana, accedamos a todo aquello que hace de la vida algo digno de ser vivido (T. S, Elliot).
La solidaridad entre los seres humanos es tan potente que puede vencer la impunidad, la violencia y la crueldad: la redención de la humanidad está en seguir la ruta de la solidaridad. El Papa Francisco, en un estado de profunda tristeza y por qué no decirlo, de aguda desesperación al referirse al inhumano conflicto de Siria, donde son verdaderamente masacrados niños inocentes, aludió al enemigo principal de la solidaridad: LA INDIFERENCIA QUE MATA.
En cambio, la fotografía ganadora arriba citada resulta un himno a la prevalencía de los valores humanos. Enhorabuena.