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“¡Sí se puede...!”

Las dos cosas son difíciles: por una parte, la obligación de anotar dos goles, de entrada, para darle la vuelta al marcador; por la otra, mantener el cero atrás ante un equipo -el León- que tiene excelentes jugadores a la ofensiva. Pero como El Viejo decía: “Si las cosas que valen la pena fueran fáciles -ganar un campeonato, por ejemplo-... cualquiera las haría”.

En lo que esas incógnitas se despejan, vale subrayar que en los 70 años transcurridos desde que el Atlas fue campeón por primera vez hasta la fecha, todos los héroes de aquella gesta fenecieron. Felipe Velázquez murió el 17 de mayo de 2016; “El Inglés” Raúl Córdoba, un año después; José “Chivo” Mercado -el último sobreviviente-, al día siguiente. Aunque no fue campeón -se enroló en el equipo poco después de la coronación-, el gran sobreviviente de esa generación es el “Pistache” Alfredo Torres, emblema viviente del equipo, modelo de pundonor y fidelidad a los colores.

Ante la imposibilidad de hacer la lista de los Rojinegros de pura cepa que se quedaron en el camino, vale señalar, para conocimiento de las actuales generaciones, que la victoria sobre el Guadalajara que dio el título al Atlas, estuvo manchada por la decisión arbitral que otorgó el penalti con que se escribió la historia...

Casi todos los periódicos de México dedicaron a la coronación de los Rojinegros la cabeza principal de su sección deportiva. EL INFORMADOR y “El Universal” fueron las únicas excepciones. “Gran Injusticia Cometió el Cuate Salceda”, rezaba el encabezado de EL INFORMADOR; “Marcó un Penalti Imaginario”, añadía el sumario. La crónica de “Anotador” (Reynaldo Martín del Campo, quien puso los motes de “Chivas” a los rayados y “Margaritas” a los Rojinegros) se hacía eco del sentimiento de que no hubo la supuesta mano del “Rafles” Orozco sancionada con el penalti que convirtió Edwin Cubero. “El Universal” asentó: “Un penalti indebido dio el cetro al Atlas; parcialidad del 'Cuate' Salceda”.

De ahí surgió la maldición de Jaime “Tubo” Gómez, entonces portero del Guadalajara (y años después cronista en estas mismas páginas):

-¡Por chapuceros, nunca volverán a ganar un campeonato...!

Las maldiciones -como las tradiciones, dicen- están para romperse.

Poco habrá de vivir quien no vea si se cumple o no el anhelo de “La Fiel” hecho clamor:

-¡Sí se puede!...

jagelias@gmail.com

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