Señor Presidente, qué descaro y ¡Qué poca...!
Hace exactamente 10 años -2013- en la Ruana, Michoacán, liderados por Hipólito Mora surgió el primer grupo de autodefensa, donde civiles armados se organizaron para defenderse del cártel de los Caballeros Templarios. Y a partir de ese tiempo se formaron por lo menos unas 50 policías comunitarias en los estados de Guerrero, Veracruz, Morelos, Tamaulipas, Tabasco y el mismo Michoacán. Ante la imposibilidad de que las policías locales y estatales pudieran intervenir y con la indiferencia de la Guardia Nacional y el Ejército para hacer acto de presencia para brindar seguridad y tranquilidad, estos grupos intentaron - a costa de sus vidas- defender sus derechos y regresar la paz a sus poblaciones. Sin embargo, lo único que se provocó fue el incremento de tensión en las comunidades, enfrentamientos, derramamiento de sangre y pérdida de vidas humanas.
Lo sucedido el viernes en el municipio de Texcaltitlán, en el Estado de México, donde un conflicto provocado por la extorsión a comerciantes y propietarios de tierras -por el cobro de derecho de piso- por parte de los delincuentes, provocó las muerte de 14 personas -11 de ellos de La Familia Michoacana-, es una muestra más de que cuando el ciudadano se siente desamparado -sin protección y amparo de las autoridades- se ven obligados a hacer justicia por sus propias manos y con esas consecuencias.
Y ahora bien, en algunas ocasiones cuando el ejército ha querido tomar el control de la seguridad pública en territorios controlados por los grupos delincuenciales, han sido humillados, como sucedió el 10 de mayo del año pasado en Nueva Italia, Michoacán, donde fueron fueron prácticamente “correteados” -según se observa en los videos en las redes sociales- cuando un grupo de camionetas con hombres armados persiguen a tres unidades del Ejército en la carretera que comunica con Uruapan, gritándoles “¡Tirenle, putos, tirenle, tirenle! Lárguense a la verga”. O por otra parte, el rechazo de la misma comunidad a las fuerzas armadas, como sucedió el sábado pasado en Las Naranjas, Pihuamo, donde los ciudadanos se manifestaron en contra de miembros de la Marina que están allí asignados, acusándolos de abuso de autoridad y robo de pertenencias cuando realizaron la semana pasada un operativo en contra del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ante todo este panorama de violencia e ineptitud del gobierno para poner orden, el Jefe de las Fuerzas Armadas y que todas las mañanas dice que tiene reunión de seguridad en Palacio Nacional -si, ese, Andrés Manuel López Obrador- ante la tragedia en el Estado de México, dijo, "Hay que cuidar mucho que no haya consumo de droga, porque tenemos que combatir el narcotráfico. Y esto que ayer, lamentablemente, se dio en el Estado de México, la extorsión, el llamado pago de piso, todo eso lo tenemos que combatir, PERO ENTRE TODOS. No olviden que le demos atención especial a que no aumente el consumo, porque si eso crece, ahí sí ya sería muy difícil, lo que está pasando en Estados Unidos es una pandemia. (Los gobiernos anteriores) nunca atendieron a los jóvenes, por eso los enganchaban y se los llevaban a las filas de la delincuencia. HAY QUE APAPACHARLOS MUCHO AMOR, MUCHO AMOR EN LA FAMILIA”. Él no es responsable, somos TODOS; y que tiene que ver el consumo de drogas en Estados Unidos con el control de territorios por parte de los delincuentes y las extorsiones aquí en México. Además, ahora resulta que no solo “abrazos, no balazos”, sino también hay que combatir la violencia de la delincuencia con “apapachos y mucho amor”. Y ayer, cuando estaba a una hora de Texcaltitlán -donde sucedió la tragedia-, sin abordar el tema directamente descaradamente señaló de manera general que, “Van bien las cosas, vamos bien, de buenas”. Realmente, ¡qué poca...!. Urge que termine y se vaya a su rancho en Palenque, Chiapas, -que por cierto se llama “La Chingada”-.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
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